viernes, 25 de septiembre de 2009

Basta de Censura


Desde La Vuelta al Mundo nos solidarizamos con la Revista 2010 que hoy sufrió un golpe más de censura que los multimedios y empresarios realizan con total impunidad cerrando y eliminando medios, blogs y videos en you tube sobre la discusión de la Ley de Medios.

jueves, 24 de septiembre de 2009

(A 37 años de su muerte) Alejandra Pizarnik, la remendadora de palabras



Moderna y conservadora, androide y femme fatal, tan porteña como universal, Alejandra Pizarnik se suicidaba un 25 de septiembre con 32 pastillas de Seconal. Víctima de una depresión que arrastró durante casi toda su vida, Alejandra elegía morir. Con su cuerpo casi adolescente se iba no sólo una de las referentes de la poesía de los sesenta, sino una tradición poética que encontraría cuerpo en su escritura: la de los malditos.
“Hacer el cuerpo del poema con mi cuerpo” fue la consigna que persiguió Alejandra en sus textos lúgubres, oscuros, intimistas y profundos. Poeta “maldita”, “condesa sangrienta”, “poseída entre lilas”, vivió sólo y exclusivamente para la poesía. Tanto es así que sus amigos más íntimos –todos poetas reconocidos y gente del mundos de las artes -, recuerdan que no sabía hacer otra cosa más que escribir. “Su pasión por el arte era tal que Alejandra descuidaba los demás aspectos de la vida cotidiana- cuenta Cristina Piña, autora de “Alejandra Pizarnik. Una Biografía”-Una vez tenía que cocinar unos ravioles y no pudo hacerlo porque pensó que eran pancitas de bebé”.
Siempre rodeada por los grupos de artistas más prestigiosos del país, la niña de “feo aspecto” fue logrando el encanto de todos y nunca nadie dejó de prestarle atención. Se fue gestando una poética pizarnikeana que marcó a las poetas de aquellos años y los siguientes. Nadie puede dejar de reconocer hoy que su escritura está marcada por los efectos de Alejandra. Y menos las mujeres. Su fantasma recorre la poética femenina y joven por una premisa básica: toca todos los paradigmas de la joven femeneidad.
A pesar de no involucrarse con las corrientes más radicalizadas de la época, Alejandra fue –sin pensarlo, sin ser consciente de ello- parte de una época en la que todo estaba en ebullición. Ella fue su eje de cuestionamiento y su materia a transformar desde la palabray con la palabra. “Es necesario incluirla como parte de la época. –Agrega Piña- Alejandra fue parte de un movimiento mucho más grande a nivel mundial que tuvo a los surrealistas, a los malditos, a Cortázar, a los poetas políticos, al existencialismo en el mismo camino”.
¿Cuál fue el encanto de esta muchacha de 36 años que tuvo más nombres que certezas? Las palabras rodearon su mundo y en el afán de ponerse un nombre, nunca encontró su verdadera identidad más allá del papel: Buma, Flora, Blímele, Alejandra, Sasha, sus primeras denominaciones de las cuales renegó. Después fue la mujer de la existencia por venir, la llamadora de ausencias, la que desespera del lenguaje, la que arremete viajera, la que quiso hacer el mundo palabra por palabra, la que amó las sombras, la que preguntó cómo era posible no saber tanto, la que pidió ser curada de algo que no se podía curar (como la vida), la que advirtió que hablaba para amueblar el escenario vacío del silencio, la reina en el exilio, la que simpatizó con todos los sufrimientos, la que pensó que la felicidad consistía en estar a salvo del pronombre yo, la que fue demasiado lejos en su soledad y la esperadora infatigable.
Más nombres podrían denominarla a Alejandra. Pero sobre todo la que supo esperar el momento justo de todo. Nunca quiso publicar por publicar. Sus libros fueron un verdadero manual de cómo escribir la poesía más intimista sin dejar de ser, por cierto, social. Su suicidio también fue una ceremonia de su vida, un arte. Alejandra se tomaba, un día como hoy, 32 pastillas de Seconal mientras escribía en su pizarrón la única explicación artística de tremendo acto individual: “No quiero ir nada más que hasta el fondo”. Nada en este mundo le fue suficiente. En algún otro lado había una respuesta a los males de su mundo.

martes, 15 de septiembre de 2009

Dios los cría y la FLIA los junta


El sábado pasado la Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA) se mudó a La Plata y reunió en una cuadra fanzines, libros, ropa y comida de todos los colores. Además, hubo FLIITA para los pequeños, con espectáculos de clown y malabarismo, y recitales de Sr. Tomate, Vatangueando, Primer Hombre Internacional y Tropel bajo las estrellas.

Por Guillermina Watkins para Agencia NAN
Fotografías de Sergio Otero

La Plata, septiembre 14 (Agencia NAN-2009).- El sol se apoya plenamente sobre el Boulevard 60 que, a las dos de la tarde de un sábado, tiene más vida que cualquier día hábil. En uno de los barrios céntricos de La Plata, la quietud del fin de semana se ve agitada por las decenas de personas que ya están en sus stands para darle rienda suelta a la primera Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA) de la ciudad. El día arranca temprano porque si algo le gusta a los platenses, es pasear y encontrarse en una fecha multidisciplinaria como ésta. Más, si de aire libre se trata.

La FLIA se desarrolla en el Centro Cultural Olga Vázquez --una escuela abandonada, que en 2004 fue tomada por parte del Frente Popular Darío Santillán y hoy tiene un amplio desarrollo en el campo cultural y de la economía solidaria-- en un clima de total calidez. Familias, estudiantes universitarios y trabajadores se acercan al boulevard en busca de nuevas propuestas literarias y se encuentran con ¡todo!: libros artesanales con tapas pintadas de la editorial Eloísa Cartonera, papeles y más papeles con poemas y frases sueltas, libros objetos, poemas para llevar, poesía urbana, poesía para tirar, romper, regalar, fotopoesías, fanzines, revistas, ropa y más, mucho más, conviven en el evento cultural que nació en 2006 con el objetivo de dar a conocer el campo fértil de la producción literaria y artística independiente y alternativa.

La “hija pródiga” de La Plata sigue los pasos de sus antecesoras porteñas: “No encerrarse sólo en la producción literaria, sino hacer convivir diversas expresiones artísticas que utilizan la palabra escrita y otros lenguajes, y poder mostrar todas esas producciones que en La Plata están sueltas, desperdigadas, y siempre es necesario reunir para mostrar a la gente qué está pasando”, asegura a Agencia NAN Pablo Castro, miembro del Galpón Cultural de Tolosa, una de las organizaciones que coordinan la FLIA, junto al Olga Vázquez, Arte al Ataque, el Centro Cultural Vieja Estación, el Galpón Cultural La Grieta y los editores y escritores independientes de la región.

“De pronto, los platenses comenzamos a encontrarnos en la FLIA de Buenos Aires y nos dijimos: ¿por qué no hacerla acá y convocar a los artistas de toda la región? Así como pasa en Capital, nuestra idea es ir asentándonos en paradas que estén en peligro de desalojo o casas tomadas o en lucha: la última edición porteña fue en el IMPA; hubo otra en la Villa 20, de Lugano, que está siendo asediada por Gendarmería. Acá hay varios de esos casos, así que ya estamos pensando en la segunda edición, que será cerca de fin de año”, agrega Castro.

Uno al lado del otro, los puestos de editoriales independientes como Vomitarte, Pixel, Colección Chapita, Poesía Urbana, Revista Qué, Colectivo de Arte de Alejandro Korn, Putópico, Grupo La Grieta, La Sudestada, Morosophos, entre otras, toman la calle y la convierten en una fiesta colorida. En una de las esquinas, un perchero con vestimenta de diseño y un espejo improvisado son atacados por varias mujeres que hacen de esa intersección un probador de ropa. Muy cerca, un payaso invita a la gente a vestir sus atuendos y a degustar las comidas que los feriantes han cocinado. Agitado debajo de su peluca azul, cuenta que “no queríamos que el formato libro limitara la convocatoria, por eso hoy tenemos esta parte de la ciudad casi repleta”.

Sobre la vereda del Olga, un grupo de artistas plásticos realiza serigrafías sobre papel y remeras con la inscripción de la FLIA, para que los participantes puedan llevarse un souvenir. Frente a éste, una mini tarima recibe a diferentes poetas y narradores, que leen sus textos ante el público caminante. Un grupo de niños también se apropia del micrófono y comienza a cantar cumbias. Después de ellos, un colectivo de teatro independiente realiza una performance que logra que mucha gente deje de hacer lo que estaba haciendo y se nuclee a observarlos. En el piso, una pareja de artesanos los mira mientras toma cerveza.

Adentro, en una de las habitaciones del centro cultural, comienzan a sonar algunas guitarras, mientras pequeños grupos de personas van y vienen, histeriqueando entre tanta propuesta artística. El espacio se inaugura con las canciones tiernas de Ale, de Sr. Tomate, y es secundado por Poli, su compañera de banda. A los dos integrantes de una de las agrupaciones más escuchadas de la ciudad lo siguen Lautaro Barceló, Pablo Nardo, Sebastián Coronel, Ezequiel Chaerer, Pablo Matías Vidal, Seba Lindo y El Torito Baldasarri & Compinches: en La Plata no todo es rock.

Muy cerca de ellos, en el patio a cielo abierto del Olga, la FLIITA comienza a funcionar. El espacio pensado para los más chicos cuenta con espectáculos de teatro, clowns y muchos chistes para entretener a los pequeños, quienes comienzan a probar qué se siente ser malabarista por un día. Subiendo las escaleras al segundo y tercer piso, las muestras de varios artistas plásticos y fotógrafos de la ciudad inundan los pasillos de color, mientras que en otro cuarto muy cercano se proyectan cortos y diapositivas de realizadores platenses como Pixel Multimedia, Silbando Bembas y Auto Crítica.

A las diez de la noche, los puesteros comienzan a levantar pero la FLIA no termina. Entre panes rellenos y los clásicos choris, la gente se reúne a la vera del escenario dispuesto en el patio del Olga para esperar que, después de la medianoche, Sr. Tomate, Vatangueando, Primer Hombre Internacional y Tropel coronen la noche con sus melodías. El público, como una familia frente al televisor.

jueves, 10 de septiembre de 2009

First Virtual Night: Nerds en tu noche


Con la intención de llevar al extremo las innovaciones tecnológicas, un grupo de jóvenes de Buenos Aires y Neuquén se pone al mando de las primeras fiestas electrónicas en versión digital, cada sábado por la noche. Así, convierten los livings hogareños en vips, llevan un paso más allá el levante por chat y ofrecen un espacio donde están todos “conectados y en la misma”.

Por Guillermina Watkins para agencia NAN
Fotografía de prensa de First Virtual Night

Vil: Hola
R3nder: Hola, cómo estás?
Vil: ¡Bien!, quiero ir a una fiesta copada, ¿sabés de algo?
R3nder: ¡Sí!, conectate a www.tratadodeintegracion.cc/virtualnight y fijate que estamos transmitiendo en vivo. Te llevamos la fiesta a tu casa.
Vil: ¡Uy! Ya me meto. Gracias…

La Plata, septiembre 4 (Agencia NAN-2009).- Quienes hablan no son ni Guillermina, ni José Jimenez --R3nder-- sino los “yo” digitales de ambos; esas identidades que sólo se construyen a través de la tecnología. Es que internet se ha convertido en el seno familiar del nuevo milenio y a esta altura ya no hay vuelta atrás. Internet llegó para revolucionarlo todo y recién cuando comenzábamos a entender algunas cosas, a familiarizarnos con el Facebook --por ejemplo--, nuevos submundos, comunidades virtuales e innovaciones en lo que respecta a imagen y sonido se están inventando y avanzan casi a la velocidad de la luz eléctrica. Tanto es así que, por ejemplo, en Argentina se están llevando a cabo fiestas electrónicas digitales. ¡Sí!, fiestas electrónicas a través de Internet. Solo tenés que tener una computadora, unos buenos parlantes y clic: la joda está en tu casa.
First Virtual Night (FVN) es el proyecto que, al menos en Argentina, está cambiando los conceptos tradicionales de vivir la música electrónica. Porque más allá de no ser la primera experiencia en el mundo que transmite DJs en vivo, sí es la primera que se posiciona como una alternativa para los sábados a la noche. En vez de una fiesta masiva donde los cuerpos se mueven al compás de una música con bombo en negra y donde la relación es personal, acá la función del cuerpo es otra: “Es como que todos estén frente a la computadora moviendo sus cabecitas”, asegura R3nder (www.estadolateral.net), uno de los creadores de estas noches virtuales, junto a i2off.
“Es como si fueran varias fiestas en diferentes puntos del país, interconectadas por un chat donde el público que está en su casa puede, por primera vez, comentar lo que le va pasando. Estamos todos conectados y en la misma”. A diferencia de las fiestas masivas, en las noches virtuales uno tiene la posibilidad de, por ejemplo, comentar por primera vez qué es lo que le va pasando al ver al DJ, porque el contacto con el artista es directo. Como si fuera poco, en otra de las pantallas se puede participar de la creación de un dibujo colectivo. Y así, los participantes son VJs por una noche.
Todo empezó cuando DJ Rol3x inició un proyecto llamado Control Manual (www.control-manual.com.ar), un canal de video online dedicado a la difusión de experimentos e información del mundo de la música electrónica. Probando una noche, transmitió su show en vivo para sus amigos, quienes lo incentivaron a seguir haciéndolo. El espacio comenzó a tomar forma y se les ocurrió la idea de armar una pista de baile virtual para DJs y VJs a través de la página del Tratado de Integración --un encuentro sobre innovación tecnológico que se realiza en Neuquén todos los años --, del que R3nder, I2off y Rol3x forman parte. “Después surgió el término CHJ (Chat Jockey) que son los encargados de acompañar al DJ, arengando en el chat”, agrega Davo, otro DJ y CHJ de las FVN.
La primera transmisión tuvo lugar el 27 de junio de este año y a esta altura llevan nada más ni nada menos que ¡diez fiestas virtuales! Todo un éxito para este proyecto que pretende “extremar los tiempos modernos” y que ya cuenta con varios nombres nacionales e internacionales en su arena virtual: los DJs Rol3x, Una Niña Malvada, Sick Boy, Villa Diamante, Pera, Minirocke; 17 VJs con nombres tan curiosos como Ailaviu, i2off.org, R3nder.net, Charles Bones, D3mian, Aless y 7 chjs, LimaLimon, X, Lola, Charles y Davo, y más de 400 personas que bailaron frente a la pantalla de la PC. “No le estamos serruchando el piso a las fiestas tradicionales”, le asegura R3nder a Agencia NAN, durante una charla que, claro, ocurre en Internet. Pasen y lean.

¡Encima que existe un prejuicio sobre las fiestas electrónicas, ustedes las hacen virtuales!
Sí, siempre nos dicen el tema de que se corta con la corporalidad, pero todos los que están participando hablan por el chat, así que el contacto no se pierde. Es especial porque si bien no nos vemos, se aprecian otras cosas. Por ejemplo, poder interactuar de una forma más directa con el artista, verlo tocar, compartir con él. Eso en las fiestas masivas no pasa porque si no te gusta el DJ, nadie se entera. Acá si el público se aburre el DJ se da cuenta por lo que pasa en el chat. Se siente cuándo la están pasando bien y cuándo no.

¿Cómo imaginan al público de estas fiestas?
Nos imaginamos a todos moviendo las cabecitas frente a la pantalla o riéndose solos con ¡cara de MSN! Lo mejor es saberse parte de un grupo de personas que están disfrutando de lo mismo aunque cada uno esté muy lejos porque, sin embargo, no se pierde lo emocionante o especial de cuando vas a una fiesta con amigos. Somos algo nerds, ¿quién se queda frente a una máquina hasta las tres de la mañana?

¿Están en peligro de extinción las fiestas electrónicas tradicionales?
¡Ja! No, en realidad tampoco es la primera experiencia que se hace en el país ni en América Latina, pero sí somos los primeros en constituirnos como una fiesta. Todos los sábados transmitimos a partir de las once de la noche y First Virtual Night funciona, si se quiere, como una previa a cualquier salida. Además ya es más normal que alguien esté trasmitiendo, con su propio canal, este tipo de avances tecnológicos y que se armen comunidades virtuales. Todo está aprendiendo a manejarse de otra manera. La idea ahora es armar un mejor sistema donde todos los que participan puedan ser activos, como en la última aplicación que sumamos donde todos pueden dibujar.

Yendo a lo que a muchos les importa: ¿hay levante en las fiestas?
Yo creo que sí, hay mucho arengue y siempre hay gente nueva conectada. Igual, la noche es larga y si dos personas (o más) tienen la suerte de vivir cerca, después se pueden encontrar. Como moderador de algunas fiestas vi algunas situaciones, pero no sé si después pasó algo. ¡Aún no leemos mentes por internet!

Mañana la fiesta continúa. Etaro y el DJ residente, Rol3x, sacudirán los parlantes de tu casa. ¡Peligran las alfombras y los vecinos! Pero la invitación está hecha y a un solo clic. Pappistas, abstenerse.

Sitio: http://www.tratadodeintegracion.cc/virtualnight

lunes, 7 de septiembre de 2009

Pintando la fiesta (La antesala a la década mortuoria)





















Texto que esribí para la cátedra de Taller de
Comprensión y Producción de Textos II de la UNLP

Por Guillermina Watkins

¿Qué pueden llegar a tener en común un poeta de Santa Fe y un historietista mendocino? Aunque suene lejano desde un punto de vista geográfico e ideológico, estos dos autores pintaron la década de los sesenta de una manera excepcional. Un momento en el que se movieron con total soltura diciendo lo que había que decir y como tenían que hacerlo.

Buenos Aires se los permitía. Ambos del interior, llegaron a Capital por diferentes motivos; Paco, un joven santafesino recién separado de su primer mujer y madre de sus hijos Claudia y Javier, buscaba un futuro mejor como poeta y periodista; Quino, un joven mendocino que luego de la pérdida de sus padres y de cultivar experiencia como dibujante gracias al empuje de su padrino también dibujante, decide pisar tierras bonaerenses en busca de un futuro mejor.

Los dos de principios de siglo XX – Paco nació en 1930, Quino en 1932- vivieron las constantes transformaciones del “siglo corto”. Un siglo corto pero bien agitado en el que los dos sentaron precedente. En la década del sesenta todo parecía ser una fiesta. Todo –o casi todo- estaba permitido: ya fuera del poder Perón, la Nación se debatía entre proscripciones, persecuciones y fusilamientos aislados y un crecimiento cultural que atraía a los intelectuales. A vistas del liberalismo, tenían permiso para todo.

El rock, el hippismo a la argentina y las primeras experiencias con LSD, las revoluciones sexuales, el acceso de la mujer a la vida universitaria, las modificaciones familiares, la televisión, el auge de las historietas y los grupos literarios, pero también las primeras organizaciones guerrilleras, se daban en el marco de sinuosos conflictos internacionales. No todo fue sexo, drogas y rock and roll.

La guerra de Vietnam, Argelia y la Revolución Cubana incendiaron una estabilidad política aparente. En todo el mundo las guerrillas latinoamericanas y los estudiantes de París, Berlín, México y Argentina intentaban tomar un cielo, robado, por asalto. Todo había sido puesto en cuestionamiento: hasta en la Iglesia surgían corrientes contestatarias ligadas a los intereses del pueblo. Fue también la época del “Boom Latinoamericano”- lo que los europeos denominan el realismo mágico-; Un realismo latinoamericano ficcionalizado que comenzaba a ser visto con buenos ojos desde afuera y que posicionaba a los escritores del continente en el mundo. Cortázar, Márquez y Neruda fueron sus principales exponentes.

Argentina fue parte de esa conmoción. Buenos Aires se levantaba extravagante. La calle Corrientes era el estandarte cultural elegido por muchos. Nadie imaginaba que tanto crecimiento cultural se podía esconder en el sur del planisferio. Ya no granero del mundo, pero sí granero cultural. Durante el frondizismo, mal que mal, tanto Paco Urondo como Quino, desplegaron sus críticas libremente. Las injusticias de antes, aquellas que ambos nos dibujaron, son las mismas de hoy. Cosas que aún siguen sin resolverse. De ahí, muchas veces, que nos sintamos identificados con las lecturas.

Luego de años de una pseudo-democracia que mantenía proscripto al peronismo, llegó el golpe de Estado del General Juan Carlos Onganía, la antesala del genocidio, el corte generacional, el aviso que a los sesentas, esos años de una cuasi-gloria cultural pero no política, le quedaba poco tiempo. Hippies y happenings, militantes de todas las escuelas políticas, eran coartados por los bastones largos que también castigaban a la Universidad. Cordobazo, Instituto di Tella, la CGT de los Argentinos, el periodismo de Rodolfo Walsh, los encuentros literarios en los que Paco Urondo participó activamente, las revistas literarias que surgían de estos grupos, pero sobre todo, la fuerte tendencia hacia la politización atravesaban la década.

Por estos lados, el binomio reaparecía: la civilización católica, patriótica, militarista, y el regreso del “orden y progreso”, discutían con otro nacionalismo: ese otro nacionalismo el de la tierra, la historia popular, las luchas de base y, por supuesto con un socialismo a la Argentina.

Es en esta época donde Urondo desarrolla una notable y vertiginosa producción, con resultados dispares, abarcando una amplia variedad de géneros: cine, televisión, teatro, ensayo, narrativa y poesía. De sus años en “poesía Buenos Aires”- años más “burgueses”, donde se ligó con los grupos surrealistas y vanguardistas- al momento de la revista Zona de la Poesía Americana, donde su acercamiento hacia la literatura y la realidad latinoamericana fue más fuerte y –podría decirse- definitoria para su poética y su vida.

El poema “Los Gatos”, escrito por esos años, es el que –según la crítica de literatos y periodistas- representa mejor su pensamiento sobre la década: “Los gatos/ por la noche aúllan como tambores/ derrotados, viejos, fúnebres, inmensamente buenos;/ la muerte los asiste, la eternidad vela por ellos,/ la memoria nunca abandona; los errores me salvan”.

Luego vendrían para el santafesino los años de militancia. El movimiento de intelectuales que apoya la Revolución Cubana, Pirí Lugones, Rodolfo Walsh, Marilina Ross, Cristina Banegas, Noé Jitrik, Horacio Verbitsky, Juan Gelman, su relación amorosa con Lilí Mazaferro; la entrada a Montoneros luego de la fusión de estos con las FAR; la revista Noticias, la censura; la cárcel de Devoto, la militancia compartida con sus hijos; su nueva relación con Alicia Raboy; la moral revolucionaria que le recriminaría su organización por “engaño” a Mazzaferro; Mendoza, la persecución, la pastilla de cianuro, tres tiros más, y las consecuencias del olvido.

Tanto olvido mereció Paco, que en una recopilación de la colección de "Poesía Buenos Aires" durante loa años de dictadura militar (1978), lo censurarían por poeta militante. Y la complicidad de sus editores, apretados por el yugo militar, que en 1978 decidieron excluirlo de la antología, a pesar de haber sido él uno de los fundadores del grupo literario.

Para Quino, ya radicado en Milán con su esposa, la década había sido un éxito. Había creado un personaje tan argentino y universal como el mismísimo Borges: Mafalda. La tira, que comenzó a salir en 1962, narra las peripecias de personajes infantiles que hablan del mundo adulto. Ese mundo adulto, crítico y de clase media progresista que “pintaban” un grupo de nenes y sus familias, se hizo tan famoso que en 1965 empezó a publicarse diariamente en el periódico “El Mundo”. Luego vendría su viaje a Milán, el agotamiento del autor frente a la presión diaria de la tira, los varios libros de historietas humorísticas –que nunca llegaron al grado de influencia de Mafalda- y la tranquilidad en Europa.

Pero Argentina no era la misma a comienzos de los setenta. Por eso Quino dejó de dibujar. El mundo conflictuado mostraba sus garras más feroces y la terrible inocencia de Mafalda no cuajaba en los planes de los poderosos. Tampoco la denuncia sobre la cruda realidad de la que Paco hablaba en sus poemas y menos que menos su actividad periodística. A gente como ellos les temieron los bravucones y por eso dispararon. Comenzaba en la Argentina una década sangrienta. Los sesenta fueron la antesala feliz de la muerte, el asesinato, la censura y el silencio. Años después, el olvido y las cicatrices profundas de una sociedad que aún intenta reivindicar a sus héroes.