lunes, 30 de mayo de 2011

Alex Heduvan: “Busco que lo que digo duela tanto como le duele a la gente que lo sufre”.-

El músico se enamoró de las rimas en su primera adolescencia e integró una banda con amigos de su barrio, en el Oeste neuquino. Tras andar en conjunto, se animó a caminar solo y está a punto de lanzar su primer disco. En diálogo con Agencia NAN, asegura que el arte le ayudó a entender la áspera realidad que lo envolvió desde su nacimiento: “Todo eso que mamé lo terminé escribiendo. El rap es mi habla y todo lo que no puedo decir hablando lo digo rapeando”.

Por Guillermina Watkins
Fotografía gentileza de Magdalena Azcazuri
 


“Rapeo alto, porque en el largo camino del hip hop,
yo encontré el atajo,por eso viajo, encajo donde sea,
donde todo escasea,donde veas lo que veas,
no va a ser lo que vos quieras” 
San Lorenzo City

Neuquén, mayo 27 (Agencia NAN – 2011).- El rap y las rimas de los “chicos bravos” está pasando por un buen momento en toda América Latina. En los ‘90, 30 años después de su nacimiento en Estados Unidos, la movida desbordó las fronteras y se hizo fuerte en los trópicos. Lejos de allí, donde las pieles sudan, el sur alzó su voz y, parece, tiene mucho para decir. En Neuquén, uno de los principales referentes del rap es Alex Heduvan, un jugador distinto que llega con todo el agite del Oeste de la ciudad patagónica, uno de sus barrios más pobre y marginal. Hasta hace poco, Alex formaba parte de “San Lorenzo City”, grupo que compartió con el Negro Miguel, uno de los precursores del ritmo que aúna a varios raperos, otros tantos graffiteros, bailarines y algunos djs locales que se dedican al scratch o al mash-up. Aunque cada vez más fuerte, el rap neuquino es desconocido para la mitad de habitantes. En diálogo con Agencia NAN, Heduvan abre las puertas de ese mundo y adelanta lo que será su primer disco solista.

--¿Por qué empezaste a hacer rap y no, por ejemplo, cumbia, que es lo que más se escucha en tu barrio?
--A mí la cumbia no me gusta. Considero que, en vez de construir, destruye bastante la imagen de ellos mismos y de las mujeres. Si bien al igual que la cumbia, el rap viene de los barrios periféricos, es muy diferente. Hace un par de años, en 2004, nos juntábamos con un grupo de amigos en una casa, prendíamos un equipito con unas bases y grabábamos nuestras rimas en un cassette. Yo tenía 13 años en ese entonces y mis referentes eran el Negro y Joper. Ellos me incentivaron a escribir. De la junta de nosotros tres y un chico más, Isaías, salió San Lorenzo City, algo que nos agrupaba. El Negro era el mejor porque escribía canciones sobre las cosas que veía en las calles. A mí me encantaba. Los cuatro somos MC, maestros de ceremonia. Es decir, los que vamos al frente. El movimiento hip-hopero abarca también a bailarines, a los djs y a los graffiteros.

--¿Se puede hablar de la existencia de un movimiento hip-hopero en Neuquén?
--Sí, y en este último tiempo creció mucho. Los bailarines se juntan en el Parque Central, que fue un lugar del que empezamos a apropiarnos en 2005. Era la antigua pista de tango. El comienzo, no obstante, fue en la Municipalidad, de donde la Policía nos fue corriendo por bailar, rapear, vestirnos con pantalones anchos… Nos miraban raro, como diciendo ‘¿Y éste de dónde salió?’. Ahora, además de los que se juntan a bailar en el Parque, nosotros nos juntamos a cantar en recitales de dub, de reggae, en los sound systems cuando los djs ponen bases de rap, de hip hop.

--San Lorenzo City quedó atrás y ahora empieza el camino solista, con su primer disco. ¿Qué trae de nuevo?
--El disco va a tener entre 15 y 16 temas, de los que ya llevo 12 terminados. El proceso de grabación empezó en enero y ahora estamos ensayando con banda y con bases para poder salir a tocar solo o acompañado y las letras las rescaté de cómo 12 cuadernos que tenía llenos de cosas escritas. Para grabar, invité a varios artistas amigos: Joper, uno de los raperos que me formó; Noelia Pucci, que es una grosa y con ella cantamos un tema para (el docente asesinado durante una manifestación por la policía neuquina, Carlos) Fuentealba; con el Chakal de La Estafa Dub que, además, es el que está grabando mi disco en sus estudios La Toma; con el Tano Bongiovanni en saxos; con Gise Vega de Sinsemina; Pichuki, un chico del barrio; son muchos. Todos, alguna vez, me invitaron a tocar en sus discos o en sus recitales. Ahora yo los estoy buscando para que participen del mio. El disco tiene nombre, pero prefiero no decirlo por si cambio de idea. Quiero presentarlo en todos lados, tengo el presentimiento que va a salir todo bien.

--¿De qué hablan las canciones?
--En mis letras agradezco a todos los que me ayudaron con el disco, en su difusión, así que les canto a algunos programas de televisión, radios, a músicos. Pero, sobre todo, mis letras hablan de discriminación, represión y muertes, del fin de la tierra, de la globalización. Hablo de lo que sucede en el oeste, donde vive mucha gente que nunca salió de su barrio y se quedó allá, pero no se vive muy bien que digamos. El rap siempre está relacionado a la crítica, Tupac, Public Enema (ambos referentes del rap estadounidense), todos cantaban por la desigualdad de los derechos de los pueblos negros. Siempre me fijo de contar lo que no sale en la tele, en la radio y contarlo de una manera que le llegue a la gente. Busco que lo que digo duela tanto como le duele a la gente que sufre en el oeste y en todo el mundo. A nuestro barrio, el San Lorenzo, no lo conoce nadie. No muchos de los que viven en el Este de la ciudad pasan por ahí. Pero tampoco sé si todos los del Oeste ve eso como lo veo yo. La mayoría vive mal, con un sueldo de mierda que les da un político por seguirlo y votarlo y vivir en malas condiciones. Es como que si sos pobre te acostumbran a seguir siéndolo. Yo por ejemplo, a principios del 2000 no tenía ni un equipito de música y escuchaba música por los canales de cable, del que nos colgábamos en casa. Mi vieja cobraba un plan trabajar de 150 pesos y nos mantenía a 4 hijos. Por eso ya no soy tan materialista. Pero todo eso que mamé lo terminé escribiendo. El rap me ayudó en banda de cosas. El rap es mi habla y todo lo que no puedo decir hablando lo digo rapeando.

--¿Cómo es el recibimiento de la gente?
--Siempre me encuentro en situaciones insólitas donde comento que tengo una banda y la gente me dice que me escuchó y que les gusta. Ese reconocimiento es lo que me hace seguir escribiendo, seguir adelante. Una vez estaba rapeando en la Avenida Argentina mientras otros bailaban y cuando nos estábamos yendo apareció una abuelita, con una gaseosa en la mano, y me agarró de la remera. No me soltaba ni un segundo y me decía ‘chicos los felicito, ustedes dicen lo que nadie se anima a decir’; nos daba besos emocionada. Que una abuela que probablemente nunca haya escuchado rap me diga eso, me volvió loco. Eso es lo que me hace seguir escribiendo y pensar en el futuro, porque mis canciones se tienen que seguir escuchando.

--Por último, ¿qué bandas del valle te gustan?
--Yo soy mi fan número 1, me escucho todo el tiempo y hago la música que me gusta a mí. Dentro del estilo acá no tengo referentes, pero me gustaba Sinsemina y me gusta La Estafa Dub. Me gustaría llenar una mochila de discos y partir por el mundo. También tengo una banda de rap metal que se llama Cuchillos y, junto con la Fundación del Banco provincia del Neuquén estamos armando un proyecto que se llama “Graffiteando un futuro”. Estamos planeando traer a 10 o 20 graffiteros para embellecer las calles. Porque el graffitti también es parte de la movida hip hopera.



http://www.myspace.com/slcity
http://www.youtube.com/watch?v=9P1KdDd0CQM

viernes, 27 de mayo de 2011

"Los políticos son reformistas, pero en el fondo se adaptan al capitalismo"


Poeta, narrador y editor de una cooperativa de libros conformada por cartoneros, Santiago Vega, más conocido como Washington Cucurto, se refirió a los múltiples personajes que hablan en sus obras.
Por GUILLERMINA WATKINS

Neuquén, Mayo 26 de 2011. (La Mañana de Neuquén) Santiago Vega y Washigton Cucurto son las dos caras de un mismo personaje. Autor y personaje de sus obras, uno se muestra reacio, serio y tranquilo en el marco del Segundo Encuentro "Literatura y Escuela" que se desarrolló días atrás en la biblioteca central de la Universidad Nacional del Comahue, mientras que el otro intenta eludir las preguntas más serias. 

Cucurto es poeta, narrador, a veces periodista, y sobre todas las cosas, editor de Eloisa Cartonera, una cooperativa conformada por diez personas en la que trabajan cartoneros que le dan vida al packaging de los libros. Así, no sólo se socializa la cultura a precios populares, sino que también se genera trabajo para aquellos que viven del reciclaje del cartón. 

También es el creador del denominado “realismo atolondrado”, una etiqueta que él mismo inventó, para hablar de una realidad de la que la literatura de los últimos veinte años no lo había hecho. Lo que nadie creía poético, él lo hace poético; lo que nadie creía narrable, él lo convierte en narrable y por eso ha sido blanco de varios escritores y académicos. Cucurto, un poco como Roberto Fontanarrosa, Fogwill y Roberto Arlt –de los que declara ser un gran lector- viene a mostrar la hilacha de una sociedad que quedó fuertemente dividida hacia finales de los años 90, donde el suburbio ya no estaba alejado de las narices del centro, sino que también debían convivir en el mismo radio.

En diálogo con La Mañana de Neuquén, Cucurto reflexionó sobre la academia, el lenguaje, la política y hasta dio consejos a los jóvenes estudiantes de Letras.

Resulta llamativa su participación en un encuentro de literatura organizado por la carrera de Letras de la Universidad Nacional del Comahue, teniendo en cuenta que generalmente las críticas hacia su literatura provienen de escritores de corte “academicista”.
No sólo me critican los de la academia sino también me difunden como en el caso de la Facultad de Humanidades, acá en Neuquén. Por más que mi escuela estuvo en la calle y no en las grandes aulas, me gusta que me inviten a todos lados. Últimamente me elogian más desde los ámbitos académicos que en otros lados. Tampoco puedo pretender que todos me quieran.
 
¿Qué recuerdos tiene de aquella primera escuela o de las instituciones académicas?
En realidad no tengo grandes recuerdos, más allá de anécdotas con compañeros y docentes porque si bien nunca tuvo una importancia en mi formación total,  tampoco puedo negarla  porque sino yo no hubiese aprendido a escribir, a leer y a sumar, por ejemplo. Pero los lugares de formación más importantes fueron la calle, mi papá, mi primer trabajo en Carrefour, los amigos con los que me juntaba a tomar cerveza en la esquina del barrio, entre otras cosas.
 
¿Qué es el Realismo Atolondrado y a quién incorporarías dentro de ese “movimiento”?
Es una forma de escribir. Yo me autoetiqueté para mostrar lo que hacía y jugar un poco con las caracterizaciones, con las etiquetas. Tiene que ver con el ritmo con el que escribo, esto de ir de manera atolondrada. Pero también porque invento los lugares, los paisajes, los personajes, exalto las características de personajes que ya existen como los inmigrantes latinoamericanos, la gente que se sube al tren, los que viven en Constitución. Así también inventé mi estilo de escritura y escribiendo voy creando un mundo cucurtiano. Dentro del Realismo Atolondrado incorporaría a Dalia Rosetti, aunque ella es más aventurera pero por suerte es rocambolesca como yo.

Muchas veces suelen compararte con Roberto Arlt, que no fue reconocido al principio y que tenía una impecable devoción por relatar las historias de los suburbios. ¿Qué cambió a nivel político que hoy esos lugares alejados son parte del paisaje céntrico?
Sí, ahora los suburbios también son barrios de la Capital que tuvieron muchos cambios a partir de los años 90. Después de Menem todo se mezcló porque la clase media se achicó y mucha gente tuvo que cerrar sus negocios, vender sus casas, todo se precarizó. Pero a la vez, desde los ojos de otros pueblos latinoamericanos, estabamos mejor, entonces todo se modificó con la inmigración de países limítrofes en su mayoría dominicanos, bolivianos, peruanos, paraguayos y que acentuaron en esos barrios las diferencias sociales. Mis libros hablan del espíritu actual de esos lugares ya que tuve contacto con ellos. Porque además, al ser de Quilmes, siempre tomé el tren Roca, y trato de hacer grotescos a esos personajes que ya son grotescos.

Pero también describís la universidad, cuando hablas de un personaje de “El Curandero del amor” a la que llamas “La ticky mega trola ultracumbiera” que va a la Facultad de Filosofía y Letras. 
Es un personaje que no vive en el centro pero que va a la “ciudad” y  pertenece al ámbito de la universidad, de los estudios, de la militancia estudiantil. Pero a la vez ella va a las bailantas, es una mezcla entre lo popular y lo académico. Es todo un mundo que se desata postnoventa y sigue creciendo con el kirchnerismo.
 
Hablando del kirchnerismo, te declarás “peronista de raza” pero a la vez dijiste en una novela que Néstor Kirchner era “pseudo-peronista”. Hoy, muerto Néstor y con una fuerte presencia política de Cristina, ¿seguís sosteniendo lo mismo?
Es mi personaje el que habla, que es un personaje bastante exagerado y gritón, muy exclamativo, y creo que dentro de su voz él piensa eso. Pero yo pienso casi lo mismo que mi personaje porque creo que todos los políticos son más o menos lo mismo, que ninguno propone ninguna novedad y que todos son responsables de este sistema en el que vivimos. Son todos reformistas en el fondo y se adaptan a los sistemas capitalistas. De todos modos, antes yo no quería a Néstor Kirchner pero cuando las cosas se están haciendo bien, uno tiene la obligación de apoyar. A Cristina la voto seguro.
 
¿Cuál es el sistema ideal para Cucurto, el reformismo o la revolución?
No sé si hay un sistema ideal, pero las cosas tienen que hacerse con amor, sin interés, sin alianzas económicas.
 
Volviendo al tema de la literatura, ¿existen palabras poéticas en sí mismas?
Para mi no hay palabras poéticas y palabras que no. Las palabras son palabras y hay que darle el valor que tienen, no asustarse o creer que son inocentes o culpables, algo que es tradicionalmente romántico puede usarse como los insultos; a mí me gusta usarlas a todas. El lenguaje es prácticamente eso: una representación y hay que darles ese uso.
 
¿Cómo surgió la idea de combinar arte con literatura y trabajo para cartoneros?
Fueron los años en que empezaron a aflorar los cartoneros y bueno, nos reunimos con artistas plásticos y así encontramos la forma de publicar literatura nuestra y de escritores conocidos de una manera económica y que llegará a todos. Después armamos la cooperativa. Hoy somos diez y todos cortamos cartones y hacemos lo que hacen todos. Es un microemprendimiento importante pero vive en una economía frágil y hay que pensarse en sostener el tiempo, en sobrevivir.
 
¿Qué les dirías a los estudiantes de Letras que quieren escribir pero no se animan ya sea por su formación crítica o por miedo?
Que está bien ser crítico pero también se puede leer un texto por placer. A veces, más que la belleza de las palabras lo que está bueno es lo que se comunica. Yo creo que la comunicación es lo más lindo porque te acerca a los demás, y a veces los escritores se olvidan un poco de eso porque quieren escribir la gran obra o pulir demasiado su lenguaje y pierden la capacidad de comunicarse, la improvisación. Fontanarrosa es un ejemplo de cómo un escritor puede comunicarse con humor, con parodia, con malas palabras y tenía todos los condimentos de un literato. Osvaldo Soriano, Roberto Arlt y Enrique Fogwill, también. Aunque Fontanarrosa es el que más me gusta. Y el que menos me gusta es Jorge Luis Borges, claro.
 

jueves, 26 de mayo de 2011

“Neuquén no para 2” vibró con Julieta Venegas en el Espacio Duam

La cantante mexicana deleitó al público durante más de una hora. Antes, el humorista Hugo Varela y artistas regionales sirvieron de teloneros de un multitudinario espectáculo organizado por la provincia.

Por Guillermina Watkins
Fotografía de Omar Novoa

Mayo, 25 de 2011. (La Mañana de Neuquén) En el marco de los festejos del 25 de Mayo organizados por el gobierno provincial, Neuquén no paró. El festival multitudinario, denominado “Neuquén no para 2, contó con la presencia de la cantante mexicana Julieta Venegas, el humorista cordobés Hugo Varela y la cantautora porteña Ana Naón, quienes fueron acompañados de la gran devoción y alegría de los neuquinos. Estuvieron presentes el gobernador Jorge Sapag, la vicegobernadora Ana Pechen, varios funcionarios del gobierno y la histórica Marité Berbel. 
 
La jornada comenzó temprano, ante un inminente calor otoñal que obligó a los presentes a andar de manga corta, de la mano de Mekoroke un quinteto de Merlo que hizo sonar tambores africanos y cautivó con la danza afro de una bailarina. Luego estuvo Ana Naón, acompañada por la banda de la escuela de música Sonar de la ciudad, que tocó su repertorio de tangos y rancheras con versiones de Eladia Blázquez y temas propios. 


El cierre tan esperado
A las cinco de la tarde se subió al escenario Hugo Varela, el humorista cordobés que hace del doble sentido su bandera. Vestido como una de las figuras de relevancia de aquellas épocas coloniales como fueron los gauchos, Varela tocó chacareras, chamamés y algún que otro tango, siempre acompañado de sus rimas improvisadas que causaron risas en todo el público. El secretario de la Gestión Pública y Contrataciones del Estado, Rodolfo Laffitte, fue uno de los más atentos a las ocurrencias del cordobés que presentó instrumentos nuevos; el más destacado fue una guitarra hecha con una sartén.
Cerca de las seis de la tarde y con el escenario a cielo descubierto repleto, se subió a tocar la mexicana Julieta Venegas. Vestida sobriamente pero con un poncho bien al estilo mexicano, y acompañada por una banda compuesta por seis músicos, deleitó al público durante un poco más de una hora de show ininterrumpido.
Venegas, ganadora de cinco Grammy Latinos y un Grammy y convertida en una de las estrellas más premiadas y reconocida en los últimos tiempos en el continente Latinoamericano, se mostró contenta, desenvuelta en el escenario y no paró de saludar y sonreír al público neuquino. “Estoy feliz por ser la primera vez en Neuquén. Vamos a seguir tocando para calentar un poco este día tan lindo”, agregó la artista mientras se acomodaba su abrigado poncho en el segundo tema.
Con un despliegue de instrumentos como el acordeón, la flauta traversa, el clarinete, la mandolina, el charango, y los clásicos bajo, guitarra, batería, piano eléctrico y sintetizadores, la lista contó de 19 temas entre los que se destacan los clásicos “Limón y sal”, “Algo está cambiando”, “Me voy”, “Eres para mí” y “Presente”. Además, la banda sorprendió con una hermosa versión de “Sin Documentos” de Los Rodríguez, primera banda de Andrés Calamaro.
La noche empezaba a caer y el fresco se hizo presente. Julieta Venegas concluyó el show ni bien cumplida la hora pero el público compuesto por niños, adolescentes y grandes no se hizo esperar y al pedido unísono de un bis - en el que los funcionarios provinciales se sumaron sin pensarlo - salió al escenario para hacer dos temas más. “Contenta por conocer sus bellísimas tierras patagónicas y sus bellísimos rostros. Pero esto no es una despedida, es un hasta pronto”, cerró la mexicana. Los neuquinos, más que contentos.

lunes, 23 de mayo de 2011

Una ciudad con múltiples barreras para discapacitados

Neuquén posee muchos obstáculos que dificultan la accesibilidad de las personas con movilidad reducida. Las veredas rotas y la falta de rampas o baños acondicionados es frecuente.
 
Imagínese intentando caminar por la ciudad con los ojos vendados o en una silla de ruedas; pídale –en caso que no sea su caso- un cochecito de bebé a una amiga/o; piénsese a los ochenta años caminando por el centro de la ciudad, intentando ir a un banco, a un edificio público, a un comercio o restaurante. Todos los casos, bien distintos entre sí, le arrojarán una respuesta única: imposible.
Neuquén, como tantas otras ciudades del país, posee demasiadas barreras arquitectónicas y edilicias que dificultan la accesibilidad de las personas con movilidad reducida. Pero el peor enemigo del discapacitado, además de los escalones, la falta de barandas y las veredas rotas, es la inconsciencia social; es decir, la persona egoísta que estaciona ante las rampas en las esquinas, el que no respeta las divisiones en la acera, el que construye un edificio sin seguir la ordenanza municipal que obliga a colocar una rampa, el que no arregla sus veredas y el que no coloca un baño para discapacitados o las escaleras públicas como debería.

Veredas que hablan
En un recorrido por el centro de la ciudad, que de a poco se va modernizando, el relevamiento dio los siguientes datos: el mal estado de las veredas se compone de baldosas rotas, flojas, desniveles exagerados, rampas de las esquinas deterioradas (y algunas al punto que dejaron de existir como tal), mal señalizadas y construidas más altas de lo que deberían según la Ley Nacional 24.314 y la Ley Provincial 2.123.
“Con las calles así no podés improvisar un recorrido. No podés levantarte una mañana y decir ´voy al centro´ porque lo más probable es que no llegués a hacer nada de lo que querías, o porque las veredas están imposibles o porque no hay rampas en todas las esquinas, o porque si están rotas no podés subirlas solo”, comenta Manuel Encina, de 33 años, discapacitado motriz hace más de 28 años.
“No poder” se convierte en la frase más usada por él y tantos otros que están en la misma situación cuando deciden mezclarse con los que sí pueden caminar. “Si quiero ir a un bar tengo que ver si puedo subir la silla de rueda, si tienen baño para discapacitados. Si voy a comprarme ropa no puedo entrar a los lugares y si ando mucho por la calle como están las baldosas me termina doliendo la cabeza y el cuerpo de tanto salto”, continúa Manuel.
Así, las zonas de los bancos terminan convirtiéndose en una especie de laberinto para las personas con movilidad reducida. Hay datos más llamativos: cuando se cruza la ruta, del lado de J.J. Lastra y la Avenida Olascoaga, no hay rampa para subir. Es decir que aquella persona que va en silla de ruedas o traslada un carrito de bebé no puede acceder inmediatamente a la vereda, quedando expuesta a la cantidad de autos que permanentemente doblan y cruzan por allí.
Las farmacias, algunos bancos privados, cajeros automáticos, teléfonos públicos, algunas escuelas, edificios públicos que no han sido reformados, entre otros, se suman a la larga lista negra que imposibilita el libre acceso.
Como si fuera poco, entrar a algunos museos de la ciudad es imposible. El actual Museo Nacional de Bellas Artes tiene un piso de piedras que dificulta la entrada de la silla de ruedas. No es el caso de la plaza seca en la zona de las vías, “ése sería el lugar ideal para nosotros. Ojalá la ciudad tuviese más terrenos tan planos, tan horizontales”, o los nuevos edificios de la Legislatura, la Municipalidad y los bancos nacionales y provinciales que sí permiten el libre acceso.

Políticas públicas
Según el defensor del Pueblo, Juan José Dutto, “la discapacidad –en términos generales- es un tema pendiente de solución, aún cuando las leyes nacionales, provinciales y locales establecen claramente que se debe promover la plena integración de este colectivo social”.
Por ejemplo, en 1981 fue promulgada la Ley 22.431 que establecía en su capítulo 4 la obligatoriedad de proyectar y construir edificios accesibles para personas que utilizan sillas de ruedas. Tres décadas después, numerosos edificios de uso público continúan siendo inaccesibles, y, salvo contadas excepciones, se siguen construyendo edificios a contramano de estas normas. De hecho, en la Defensoría hay varias denuncias de edificios particulares donde las rampas exceden la medida requerida.
Según Dutto, “la inaccesibilidad física llega a determinar la exclusión escolar, impide el acceso al trabajo, a la recreación, a los centros de salud y, en definitiva, conspira contra la autonomía de las personas con limitaciones de desplazamiento, sometiéndolas al aislamiento. La falta de equiparación de oportunidades se traduce, en la práctica, en exclusión, y la persona que no resulta integrada “vegeta” socialmente y esta situación deteriora su salud”.
Por su parte, la defensora adjunta del Pueblo, Graciela Bordieu, agrega que “desde la Defensoría hemos reclamado al municipio que controlara todo lo que contemplan las leyes y, cuando es una obra privada, le decimos que vayan y controlen. Un caso típico es en elecciones cuando los discapacitados no pueden ejercer su derecho de voto porque muchas de las escuelas no tienen rampa”.
Hay varios aspectos a tratar para lograr una ciudad accesible. “Europa tiene ciudades muy viejas que han hecho las modificaciones pertinentes para que un discapacitado pueda ir a museos, a eventos públicos, calles, festivales, etc. Neuquén también podría hacerlo”.
Hablar de discapacidad hoy no es lo mismo que en los años 50; mientras que antes se escondía a los discapacitados, hoy se discute la inclusión. Entonces, una ciudad accesible, habitable, no debiera ser imposible.

Otras trabas
El tema del transporte público es otro gran conflicto. En la actualidad el 10% de la flota de Indalo posee pisos bajos o rampas. Con la nueva licitación que acaba de ganar la empresa, se estima que sea un 60% el total según lo que anunció Ismael Infante, gerente de Marketing de Indalo. A eso habrá que sumarles los que van a Plottier que, por ser de larga distancia, incluyen espacios para los discapacitados.
Por otro lado, existiría un proyecto para armar una flota de taxis para discapacitados, pero las pólizas para discapacitados aún no habrían sido otorgadas.
 
Por una ciudad accesible
Además de las iniciativas de la Defensoría del Pueblo y los proyectos de Acción Social, o algunos puntos que determinados candidatos de las próximas elecciones han sumado a su pliego de propuestas, Manuel Encina, como representante de la ONG Acceso Ya en Neuquén, también tiene sus propuestas.
El 20 de marzo de este año, se organizó una 6º edición del Rallydad en Buenos Aires y el primero en la ciudad con la consigna de juntar firmas para proponer la promulgación de una ley que declare el 15 de marzo como el Día Nacional de la Accesibilidad para personas con capacidades reducidas, entre ellos los no videntes, discapacitados en sillas de ruedas, gente que usa bastones, canadienses y también obesos, ancianos y mujeres que acaban de parir, entre otros.
“La idea es plantear dentro de la discusión pública, política y social, el hecho de que hay millones de barreras arquitectónicas, urbanas y sociales. Nos sale un árbol enorme en el frente de la casa y a esa persona “normal” no le molesta, pero a personas que tenemos dificultades de movilidad, eso ya nos complica la vida. Entonces creemos que la accesibilidad comienza en cada uno porque cada uno hace más o menos accesible la vida del otro con su quehacer diario, con su actitud. Si vos llegás con tu auto y tapás una rampa le estás cortando la accesibilidad a otro”, señala Encina.
Asimismo, el 3 de diciembre se realizará una actividad denominada “Yo tapé una rampa” desde la ONG Acceso Ya, como forma de llamado de atención social, donde se teatralizará la situación de una persona que tapa con su auto una rampa y jugaremos a ver quién se pone de cada lado y cómo se actúa.
Manuel aclara que él es una persona en silla de ruedas bastante “kamikaze” ya que, a diferencia de otros chicos que han quedado en silla de ruedas tanto por accidente como por un problema genético como el suyo, no se animan a salir a la calle justamente por el estado de las veredas y la dificultad de acceder a determinados lugares.
“Mi idea es generar conciencia social en los jóvenes. Un político puede hacer una ley que genere cambios, pero si yo cambio la cabeza de la gente para que ayude a mantener rampas o mantener cuidadas sus veredas, eso perdurará más en el tiempo y hará la ciudad más habitable para todos”, concluye.

martes, 3 de mayo de 2011

Discos: “Rock no es moda” (VidaFuego, 2011).-

El primer disco del compositor neuquino es una bomba rompeportones: una mezcla de pizcas de punk, post punk, electrónica y manifiesto anarquista que shockea al oyente desde el primer estruendo.

Por Guillermina Watkins

Neuquén, mayo 2 (Agencia NAN-2011).- “Me gusta el faso, la paz en el mundo. Soy anarquista sí, artista, cada vez menos”, confiesa Stimpy Rokk. Su álter-ego musical es VidaFuego, un proyecto con el que gira desde hace más de tres años por las escenas neuquina y porteña. Con la llegada de su primer disco, no se sabe quién es más peligroso: si Stimpy o su otro yo que, como Frankestein, amenaza con sublevarse y convertirse en un fiel reflejo del punk rock más ácido, matizado con toques de hard rock, indie, house y pop, para evitar convertirse “en lo que la escena musical de Capital, alternativa y pintoresca, ordena”.

El disco es una bomba cuya combinación letal, una dosis de punk, post punk, electrónica y una pizca de discurso anarquista que dura 15 temas (dos de ellos están escondidos) delinea el manifiesto Stympeano. La obra completa está sostenida por samples de Sex Pistols, NOFX, Flema, Fun People, Iggy Pop; maestros a los que él agradece “por haberle marcado el camino”.

Letras poderosas, acordes rockeros, synthes y bases electrónicas suben, suben y siguen subiendo hasta atrapar al oyente que, después de la primera canción, no podrá dejar de escuchar el resto. Rock no es moda se convierte en un vicio. Lo que narra (o canta) es lo que todos dicen o al menos piensan: la juventud –y también la adultez- es un arma de denuncia ante la injusticia social.

Stimpy es el dealer de la bomba sonora que empieza con un manifiesto “Punkbeat” en contra del poder institucionalizado, tanto de la izquierda como de la derecha; promulga un “No Herir”, que desafía los valores católicos al insistir en “quemar una biblia para calentar al pobre, cuidar al niño para no herir al hombre”; rememora con un mix de “Metamorfosis Adolescente”, temazo de Flema y un himno de la adolescencia de principios de los noventa; invita a revelarse y recordar a los desaparecidos con “Auto-Stima del 77”; y también a la fiesta y al ocio con “Perder el tiempo”, “I,E,A”, “Celebración”, “Seguimos de..”, y otros.

De esta forma, Stimpy convierte su engrudo punk en eso, un mejunje donde también aparecen sus otros yo del pasado: canciones más “románticas” y guitarreras de su etapa de Suerte y algunos rockitos greenvegetarianrockandroll de su época de The Lucha Sin Armas, gran banda punk que fue soporte de Fun People en Cemento, entre otras.

Espiritualmente, Rock no es moda es el disco de un flaneur que pinta un mundo que no sólo perdió gravedad, sino también a su propio eje; un sistema donde a pesar de que las convenciones se derrumban, se trasviste en nuevas formas de dominación. Pero ese mundo también contiene a Stimpy -y deberíamos solicitar que sea “Un Stimpy, muchos Stimpys”- para erguirse con la voz en alto, la guitarra al frente, y nombrar los millones de motivos que existen para rebelarse. Como buenos anarquistas expropiadores, quizás escuchar esta bomba musical sólo sea el comienzo.

http://www.myspace.com/vidafuego
http://www.mediafire.com/?pc72ruw212j7764