sábado, 29 de mayo de 2010

Resaltando la imperfección


Ana Utrero es una artista ansiosa de fines del siglo XX. Desde Extremadura a La Habana, la diseñadora gráfica amante del cine, comenzó un viaje que la traería a tierras argentinas. Acá se quedó, y desde hace un mes organiza ciclos que están dando que hablar: Mamá Domingo propone un espacio de intervenciones artísticas con el fin de dejar afuera los prejuicios y darle rienda suelta a la imaginación.

Por Guillermina Watkins
Fotografía gentileza de Mamá Domingo

Buenos Aires, mayo 20 (Agencia NAN-2010).- Los afiches de Mamá Domingo llaman la atención por su característica estética punk y under. Sin embargo, al fijar la mirada en esas publicidades, muy lejos están de presentar
una matiné festihardcore. Contrariamente al ritmo de los bombos en negra y las guitarras distorsionadas, el festival que organiza la artista Ana Utrero propone tranquilidad, relajación, extrañamiento y dinamismo.

La propuesta es innovadora por donde se la mire. Consta de la intervención de artistas sobre la proyección de una película entre los márgenes del
libre albedrío, gran protagonista de cada encuentro. A saber, desde la experimentación personal, cada domingo el evento se materializa: diseñadores, actores, músicos, artistas plásticos y fotógrafos hacen lo suyo sobre una filmación rigurosamente seleccionada por Utrero, a partir de la espontanea creación y resignificación de las imágenes que se hayan despertado en ellos.

Desde luego que el rodaje deja de ser el mismo porque pasa a ser manipulado por el espectador. El concepto esbozado por Utrero es la psicomagia. Es decir, cada una de esas mediaciones, son actos de psicomagia, término esbozado por el director de cine chileno Alejandro Jodorowsky, que alguna vez planteó, como punto primordial de su manifiesto, que “todo lo que arrastramos tiene que retorcerse hasta sublimarse. Todo lo que hemos recibido es un tesoro, no es necesario eliminar una parte. Hay que fecundar lo que nos viene dado”.

Entonces, es desde esa concepción del arte que tiene como finalidad “curar porque sino cura no es verdadero” que Mamá Domingo pretende convocar a los artistas, pero también a otros públicos, para sublimar “las penas, las historias, aquellos problemas que se arrastran desde siempre a través de una acción concreta, algo que es materializado, realizado y que no queda sólo en palabras”, según cuenta Utrero en diálogo con Agencia NAN.

Así, a partir de ubicarse en escena y romper con los prejuicios
y lo que sólo dicen las palabras, los hechos salen a la luz y después de eso, ya no hay vuelta atrás. Actores que arrojan verduras u objetos sobre la filmación, al igual que proyecciones de otras imágenes sobre la misma película, teatro de sombras detrás de una cortina, actuaciones o reinterpretaciones de la filmación; todo puede pasar cuando Mamá Domingo empieza.

De todas maneras, ese espacio se convierte en “anónimo”. Por lo tanto, se lleva a una pérdida de identidad que es lo que más preocupa a los artistas a la hora de despojarse del miedo, en una cultura donde “el yo deja de tener tantas reservas y deja de sacrificarse por ser perfecto. Acá podés ser imperfecto, porque se trata de eso, de jugar. La finalidad del ciclo es que todo sea un juego”, concluye Utrero.

La próxima cita será el domingo. Entonces, se proyectará la primera película de Almodóvar, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, y tocará la banda Peter Pank & Los Chicos Perdidos, además del Dj Lima. Será en El Emergente Club Bar, Gallo 333, Ciudad de Buenos Aires, a partir de las 20.

No hay comentarios: