lunes, 26 de diciembre de 2011

Discos: El sur en la noche (El viento enloquece a la gente, 2011).-

 
Una de las bandas históricas del under neuquino comienza a transitar en este disco un destino sonoro bipolar que lo reúne con su esencia dark y lo ubica ante un camino nuevo, con más luz al fondo, cargado de cachengue y fiesta colectiva.
Por Guillermina Watkins
Neuquén, diciembre 26 (Agencia NAN 2011).-  ¿Habrán pensado alguna vez los escoceses de Cocteau Twins que existe una tierra llamada Patagonia, un río llamado Limay y un pueblo a sus orillas? ¿Habrán imaginado hasta dónde llegarían sus influencias? Seguramente no. Aunque, tal vez, si tal cosa hubiera ocurrido, definitivamente habrían pensado en El viento enloquece a la gente, la banda que con muchos años de historia y diferentes formaciones, se encarga de hacerle honor al género que casi casi inventaron ellos: el new wave. Claro, lectores, podrían pensar que en épocas de internet todo sería posible. Pero no. Antes de ser El viento..., los chicos fueron Santa Maldoror y Enfermita, logrando sostener fervientemente, incluso a falta de conexión a la red de redes, el sonido post punk, new wave, dream pop con un mensaje árido y desértico; ése que sólo ellos imprimen.
Después de haber lanzado su Del Pánico, Valle (2009), esa producción invernal, romántica y melancólica que los unía a aquel sonido inglés, El viento... se embarcó en un proyecto más ambicioso: dejarse llevar por los ritmos y las posibilidades sin descartar el espíritu lúdico que los caracterizó siempre. De este modo, en El sur en la noche queda demostrado esta convivencia de estilos y estados: mientras que el lado A --la noche--, muestra ese costado "histórico" de la banda que revisa su pasado punk, dark folclórico y romántico, el lado B --el sur-- se abraza con la herencia gitana, festiva y sónica a la vez. Bien podríamos afirmar estar ante la presencia de un disco bipolar que intenta retratar la sociedad valletana.
Canciones como "La cabeza llena", "La casa rosa", "Canción para el inicio de los vientos" y "A veces la noche" encabezan el disco en su costado más oscuro, con una lírica característica que el frontman del sexteto, Rulo Lupano, se encarga de convidar en cada show. Ferviente militante de la psicología social desde temprana edad, El Rulo se encarga de describir pequeñas historias del Valle --como es conocida la zona patagónica donde se recuesta Neuquén-- con esa transparencia descriptiva del poeta que sólo puede hablar a través de imágenes.
Es que en sus letras, también, se reflejan naturalezas, en el sentido más amplio de la palabra: la de Neuquén, pero también la que alguna vez miraron Alejandra Pizarnik, William Borroughs, Fernando Pessoa, los beats, sentados a las orillas de quién sabe qué porción de agua. Todo eso enmarcadado en la confluencia de los ríos, las chacras, el espíritu trágico de una ciudad en la que "los homicidios y el viento son lo mismo" y, sobre todo, muchos recuerdos de la infancia ante tardes complejas en el desierto.

Pero después de la paliza sobreviene la tranquilidad o la fiesta. Y ahí es donde aparece el primer tema que mixtura ambas sensaciones: "La gente entre los ríos". Comienzan los festejos del mañana, las celebraciones de los funerales, el cumpleaños entre bombas y huracanes. Como en "Las máscaras", "Tornados y poblados" y "Más allá del bien y el mal", con un acordeón, que incita al movimiento.
 
El sur en la noche es un renacimiento. Esa fiesta ante un fogón en el que los sobrevivientes de la catástrofe se saludan y vuelven a brindar. Como lo que implicó el regreso de uno de los fundadores de aquellas primeras bandas originarias, el Chely, que se anima a colaborar en "A veces la noche", para inundar todo con su chamánico delay. O el aporte de Diego, en el acordeón, o los coros de músicos amigos como "El Bicho" Bolita, Max de Atrás hay truenos, El Palo de La Cría Vampira, o las Gospel Ladys Chaos. Además de ellos, y después del alejamiento de otros músicos, amanece la noche con la incorporación de Niza (ex Quijote) en la batería y el vikingo, en bajo, con quienes se embarcarán el próximo otoño en la tercera producción de El viento..., primera con esta formación.
Para escuchar lo viejo: http://www.myspace.com/losvientos

martes, 20 de diciembre de 2011

"Vamos todos para adelante"-.

 
Bicho Bolita y París Gatitos, una de las bandas más convocantes de la región, presentará mañana a la medianoche su segundo disco, “El universo no se equivoca”, en el Teatro del Viento.

El sucesor de "Una lobotomía frontal" contiene 17 temas y la producción de sonido estuvo a cargo de Lautaro Labrín. 
La Mañana de Neuquén >
“Lo más importante ya lo logramos: nos encontramos. Y cuando veo a la gente que se copa saltando y cantando los temas siento que ya estoy hecho”, finaliza la charla con Ricardo “El Bicho Bolita” Sueldo, un músico neuquino que ya tiene varios años dando vueltas por la ciudad. Pero es menester comenzar así para resumir el espíritu de la banda que lidera hace dos años, los París Gatitos, una familia con códigos sencillos, basados en esas ganas jóvenes de compartir tiempo y que hoy es el grupo independiente con más convocatoria de la región.
El éxito, muchas veces surgió a través de la improvisación y la sorpresa, y es lo que sucedió, también, con el título del disco recientemente “parido”.  “Le pusimos "El Universo no se equivoca" de casualidad porque una amiga, la escritora Nadia Heredia, soñó con la frase y nos gustó”, destacó El Bicho y agregó que hasta el nombre del grupo surgió de la nada y por un simple "nos gustó cómo sonaba".
Así, el sucesor de "Una lobotomía frontal" (2010), será presentado mañana, en el Teatro del Viento (J.B Justo 648), desde la medianoche.
De este modo, la segunda producción de la banda se convierte en la primera en ser registrada de manera “seria” bajo las manos de Lautaro "Deelay" Labrín, hijo del reconocido Reinaldo, al que consideran el "séptimo" París Gatitos. El arte, por su parte, estuvo a cargo del percusionista Gastón Pereira.

En familia
Los París Gatitos, (El Mushu, El Bicho, El Tute, El Tonga, El Mauri y La Gise) se encuentran reunidos ante la gran consola que sólo tiene permitido tocar Lauta. Así, todos juntos ante esa tecnología, que sirve de fogón hipnótico, para que los músicos se le den cierre al sonido de las 17 canciones.
“Nunca fui solista por elección –comenzó el Bicho-. Siempre lo fui porque nunca encontré con quién encajar a nivel sonido y a nivel grupal, pero ahora es distinto. Con los pibes está todo bien porque se re prendieron al proyecto y se fue tornando más serio. Vamos todos para adelante”, destacó el cantautor y compositor.
Es que antes de regresar a la ciudad por algunas cuestiones de salud ya había editado, siempre de manera casera e independiente, alrededor de tres discos y unos cuantos cassettes.
Después de aquellos años en los que editó “Disco de Pasta” (2004) o “El sabroso grito de los mejillones cuando hacen el amor”, El Bicho se encuentra frente a la banda independiente de mayor convocatoria en la zona.
“Está bueno lo que estamos viviendo arriba del escenario y eso que tenemos menos de dos años de vida. Nos encanta que la gente nos vaya a ver y sepa todas las canciones. Se genera algo que nunca antes nos había pasado y eso que nos conocimos tocando”, describe Sueldo.

El nuevo disco

“Hasta el año pasado teníamos una lista de 12 temas y después fuimos sumando más porque nos daba pena dejarlos afuera”, relata el Bicho como si las canciones tuvieran vida propia.
“El Universo no se equivoca” está compuesto por 17 temas de los que ocho son nuevos, cuatro acústicos, y el resto composiciones que volvieron a ser grabadas por los jóvenes multifacéticos.
A nivel sonido, si bien todo está escrito en clave de rock, el público podrá encontrar algunas joyitas latinas como una samba de la mano de la cantante Isabel Vaca Narvaja, o la murga de la Porfiada Postalina en “Canción de nadie”. Asimismo,  Juan Pablo Bergese incorporará su trompeta, “el primo Alexis que viene de la playa” sumará su armónica y la hija de Lautaro Labrín (que tiene 3 años) colabora en algunos coros.
“El año que viene vamos a salir a tocar para pagar el disco. Iremos a cumpleaños de 15, casamientos, tocaremos como los cumbieros viernes, sábados y domingos, iremos a casinos, a casinos clandestinos, etc. Iremos al Lula Partuza (en vez de Lollapalooza), etc.”, comentó con ese típico humor que lo caracteriza.
“¿Qué me gustaría? Me gustaría estar tocando con los chicos dentro de 30 años. Como los Rolling Stones. Pero lo más importante ya lo logramos: nos encontramos”, concluyó.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Una historieta cargada de futuro .-


Con la edición de El cuervo que sabía --libro que recopila la tira homónima-como excusa, Agencia NAN se metió en el estudio del historietista neuquino Kwaichang Kráneo para recorrer pasado, presente, futuro y llegar hasta el siglo XXIII.

Por Guillermina Watkins
Fotografía gentilez de Kwaichang Kráneo

Neuquén, diciembre 7 (Agencia NAN-2011).- ¿Puede el apocalipsis comenzar en una ciudad aún en desarrollo como Neuquén? ¿Será, como deseo el mismísimo Marx en su ideario de revolución, que el inicio del cambio se dé en una de las "colonias" como llama el historietista neuquino Kwaichang Kráneo a las provincias? En el mundo de la ficción y más aún en el mundo de la ciencia ficción todo es posible. O, al menos, eso queda demostrado en El cuervo que sabía, una de las tantas tiras que Kráneo publicó semanalmente en el sitio colectivo Historietas Reales (HR) y que este año fue recopilada por la editorial cordobesa Llantodemudo.

La obra reflexiona a cerca del conocimiento, el amor, la familia y, sobre todo, la posibilidad de construir mundos. De pronto, un día del siglo XXIII, "Mono" --el único ser humano vivo-- se da cuenta de que está solo en una parte del mundo, que para él significa todo su mundo. Así comienza la historia, el melodrama temporalmente construido después del apocalipsis, o mejor dicho: después del momento en que un orden que parecía inamovible se desmorona de repente y un joven, en la pubertad, debe comenzar a reconstruir su historia. Una historia marcada por la supresión de sus deseos hormonales para que no sufra al encontrarse como único sobreviviente de su raza.

La trama en la que el último sapiens se relaciona con otros seres, no humanos, y se da cuenta de que --además de encontrar a su padre que lo dejó allí para ir a buscar otros sobrevivientes-- debe conseguir una chica surgió, valga la redundancia, de la cabeza siempre-pensante de Kwaichang Kráneo, prolífico historietista de la ciudad patagónica, conocido en el ambiente de las viñetas como uno de los promotores del blog HR.

También supo publicar en la revista Fierro: Patria, en la que narra el conflicto entre unitarios y federales, junto con el guionista Federico Reggiani; Novelas Infinitamente Breves, con guión de Jorge Zentner; El Reemplazo, una reversión de El Eternauta, también junto a Reggiani. Es decir, Kráneo es un miembro activo entre los nuevos historietistas nacionales como Diego Parés, Luciano Saracino, Liniers, Gustavo Sala, entre otros, que buscan mantener su labor, cerquita de su amor por el cómic.

Las 112 páginas que reúnen El cuervo... conjugan lo tradicional (el amor, las instituciones familiares, y otras tantas temáticas de las que nadie aún... aún, no logra desprenderse) con un futuro oscuro. Y mientras las tecnologías cambian a velocidades sorprendentes, Kráneo convierte a su historieta en un relato por demás contemporáneo: con ese poder de imaginación (y de adelantamiento) que suelen tener los grandes historietistas.

“Pensar historias es una aberración o una deformación: es querer que las cosas sean de otro modo a como son. En el caso de la ciencia-ficción es imaginar hacia dónde vamos, cómo será nuestra historia, cómo seremos, aunque sabemos que el futuro es impredecible por definición. Moebius decía que todos tenemos nuestras perversiones, el tema es hacerlas operativas. Bueno, de eso se trata mi búsqueda”, resumió Kráneo en diálogo con Agencia NAN una tarde en su casa, repleta de dibujos y personajes irreales todos provenientes de la historieta y la ciencia ficción.

Hasta el mismo Kráneo --nacido bajo el nombre de Carlos David Lima-- es su propio invento: él no responde a otro nombre. “Suelo sufrir migraña desde chico y un amigo (también dibujante) me puso este nombre al verme llegar a su casa, por los caminos polvorientos entre las chacras de Cipolletti, como si fuese un Kwai Chang Caine (personaje de la película Kung Fu) con mi morral lleno de cuadernos con dibujos y mis terribles dolores de cabeza”, relató el historietista que todo el día piensa en historias, en imágenes sin poner en remojo sus sesos ni un minuto.

Y por eso, la historia de El cuervo... irá más allá de la tira que comenzó a publicar en HR allá por 2007 y luego devino en un libro, trascenderá las tapas duras de su edición. “La idea es contar el viaje que 'Mono' realizó hasta llegar al momento del inicio del libro. Contar dónde fue su padre, la búsqueda de la chica en la estrella, la historia la chica encerrada en un satélite como forma de curarla de su enfermedad. Hay muchas cosas que viven 'allá afuera'. Por eso, el final te deja en las puertas de algo para continuar con las historias de los personajes en diversos unitarios. Eso es lo que permite la historieta: bifurcarse en otras aventuras”, afirmó para añadir suspenso a lo que está por venir.

¿Cómo verá esta cabeza el 2012? "Recibiré el 2012 dibujando sobre el fin del mundo", advirtió Kráneo, es que desde una revista de Colombia le pidieron para publicar una tira con esa temática. Además, aseguró que estará trabajando en las nuevas historias surgidos de El cuervo... y continuará con Murmullo, una historieta que actualmente publica en HR y "narra la historia de un oso cobarde", contó sobre esas viñetas que "no son ciencia ficción", aunque permanece dudando sobre la sustancialidad de lo real como se plantearon sus maestros; como continúa investigando dentro y fuera de su cabeza.

Blog: http://www.kwaichang.com.ar/cuervo/
HR: http://historietasreales.wordpress.com/

martes, 6 de diciembre de 2011

Burbujas de rock con destino al cerebro.

 
Amor Fizz, banda de punk rock de la ciudad, se presentará este domingo en el Teatro del Viento. Mostrarán su producción discográfica “Cambio en caramelos”, recientemente editada. Será a las 18.
 
El disco estará a la venta en el stand de "Sin Odio Discos", sello del grupo. Se presentarán también Deacorde, Rompiendo el Silencio y Tres Tiros.

La Mañana de Neuquén >
Efervescentes, como esas burbujas que suben y recorren el cuerpo de arriba abajo, son los Amor Fizz, la banda que comienza a hacerse su gran espacio en la escena rockera de la región. El punk rock poco clásico que los cuatro chicos de 23 años despliegan es como un sacudón romperportones que sabe combinar la mejor tradición del hardcore con soniditos pop y letras que golpean fuerte, ahí por donde nadie se lo espera. De ese menjunje de producción juvenil, los Amor Fizz ya llegaron a su segundo larga duración, “Cambio en Caramelos”, que presentarán el próximo domingo, desde las 18, en el Teatro del Viento (J.B.Justo 648) en un show que pretenderá despegarse de su sonido clásico con invitados como Juan Todero en congas y Ezequiel Garrido en el acordeón. Las bandas invitadas serán Deacorde, Tres Tiros y Rompiendo el silencio, con las que vienen presentándose hace tiempo.
Quienes quieran conseguir sus discos podrán hacerlo en el stand del sello que ellos mismos llevan adelante, Sin Odio Discos, con el que editaron también la discografía de "Rites of Spring" y "Spit Boy", bandas de los ochenta de Estados Unidos. Asimismo, habrá una exposición de fotos que se instalará en el hall de entrada de los artistas Pekitas de la vida, Flor Saraco, Leo Otero, Magdalena Azcazuri y Gustavo Busto, más los graffitis de Ezequiel Arévalo.

La búsqueda de un  sonido
“Cambio en caramelos” es el sucesor de “En este mundo ideal” (2008) y el EP “Canciones para dormir y soñar” (2010). A diferencia de los anteriores, la novedad radica en el sonido: sin dejar de ser contundente, los muchachos definitivamente se embarcaron en hacer otra cosa completamente distinta a la anterior. Si “En este mundo ideal” las canciones aunque musicalmente rockeras demostraban un mundo poco feliz donde abundaba el desamor, la hipocresía y el desgano, “Cambio en Caramelos” plantea una sucesión más experimental, instrumental y con una composición que sin dejar de tener crítica social dibuja una esperanza en el horizonte.
“Las bandas siempre hablan de sí mismas y nadie sale del ombliguismo. Calamaro le canta a Calamaro, Pertusi a Pertusi. Las canciones de desamor convocan porque a todos nos ha pasado el desamor. Pero en realidad nosotros queremos hablar de otras cosas y no ya desde el “yo” o el “para mi”. Intentamos armar canciones poco rebuscadas que digan algo. Dejarnos de lado a nosotros para ver qué sucede alrededor. Como el caso de “Amor no está” que es el llanto de una madre recordando a su hija que fue secuestrada por las redes de trata de blanca. ¿Para qué hablar de comunismo o socialismo cuando acá enfrente pasan cosas más fuertes?”, comenzó Nahuel Dominguez, guitarra y voz del grupo que comparte con Ezequiel Arévalo, Rodrigo Cide y Fernando Machado.

Volver a la raíces
Otra de las nuevas apuestas de la agrupación –y algo que queda marcado a fuego en el disco- es la sonora. A la prolijidad del primer disco se le antepone una prolijidad desprolija, basada en el registro low-fi (casero) que no por eso deja de estar bien logrado.  “Cambio en Caramelos” fue íntegramente grabado en la casa de Nahuel a diferencia del primero que registraron en Buenos Aires en una sala de grabación "como Dios manda".
“Surgió como una especie de experimento porque en realidad no buscábamos grabar un disco. Y de comenzar a probar con la porta estudio que nos compramos salió. Pero lo mejor de todo fue que contrariamente al sonido moderno y tecnológico que podríamos haber conseguido si íbamos a grabar, logramos algo que describe completamente el sonido de Amor Fizz”, se aventuró el líder del cuarteto.
Es que, según afirman en común decisión, el material pareciera sonar como un disco grabado en 1992 y no en 2011 ya que, lo analógico de la grabación casera les permitió captar más la esencia de las cosas.
“Es como volver a la cultura del “Do It yourself” (“hazlo tu mismo”). Hoy para un disco profesional tenés que gastar como 10 mil pesos. Nosotros preferimos invertir en las ganas y el alma para ponernos a grabar un disco. La intención que le pusimos al disco a la hora de grabarlo es lo que realmente le da ese sonido que encontramos. Cuando hacés las cosas con buenas energías, se transmiten siempre”, agregó Sánchez.
Esa energía que desparraman en cada uno de sus shows –bien enérgicos por cierto- es la que cotidianamente construyen a la hora de buscar nuevas perspectivas compositivas. “Si en 3 años hacés discos que suenan igual es porque en vos no hubo un crecimiento musical y tampoco para la banda. En nosotros podes encontrar un cambio lógico que tiene que ver con el paso del tiempo y las influencias. Sin dudas, estamos más grandes, con un sonido más encontrado; esperemos poder seguir en la búsqueda”, destacó el joven líder.