lunes, 5 de julio de 2010

Maga Lee: “¡Los vinilos no deben venderse!”.-

El alterego drum & bass de la hermosa Gisela Magalí Lago es una especie de princesa oscura, como las brujas sexys de las películas de Disney. Salvo que su mundo no es de fantasía: sumergida en un género rezagado aunque creciente en Argentina, que tiene además pocas exponentes, la DJ se propone ampliar horizontes y se le anima a las bandejas. También, a una charla con Agencia NAN.

Por Guillermina Watkins
Fotografía de Santiago Goicoechea

Buenos Aires, junio 17 (Agencia NAN-2010).- Es mediodía en la esquina de Suipacha y Sarmiento, y además del constante movimiento cotidiano, los bares están superpoblados porque se juega la primera fecha del Mundial de Sudáfrica. Cientos de oficinistas comen la promoción del día y miran el partido en un silencio sospechoso, mientras que por la inmensa puerta de vidrio de uno de esos cafés entra una chica tamaño small con grandes ojos verdes. Es Maga Lee, la DJ mimada del drum & bass porteño y una de las pocas mujeres de la electrónica local, junto a Mina, Carla Tintoré y Romina Cohn. A regañadientes, la intérprete“madruga” para el encuentro con Agencia NAN y allí se entera de que el torneo más grande del fútbol mundial ha empezado.

Gisela Magali Lago cuenta, entre sonidos de vuvuselas y varios “¡uh!” de la inercia futbolera, que el drum & bass, su estilo predilecto, es poco masivo en comparación con otros, pero que aún así ella prefiere seguir tocándolo. “Una vez, charlando con un amigo, me preguntó al aire qué pasaría si el drum & bass fuese masivo como el minimal y yo pensé: ‘¿Estarían todos bailando como floggers?’. La conclusión de ambos fue que era mejor que siguiéramos siendo under”, rememora entre risas agudas. Y salva: “Aunque, si lo hiciera, tendría más trabajo”.

Con el paso del tiempo, Maga Lee se fue erigiendo como una especie de princesa de la escena local, con un sonido potente y bastante oscuro pero sin dejar de ser femenina cuando se sube a los escenarios. “La gente no entiende muchas veces el estilo, pero mi función es hacerla bailar, y siempre lo logro”, acota. Y luego advierte que “bajo ningún punto de vista o crisis económica, los vinilos deben venderse. ¡Nunca!”. La chica se confiesa fanática de la música y se le nota cuando habla: soulfull, jum up, tech spte, dark step, liquid funk y demás conceptos se deslizan en cada una de sus frases.

Under o poco masivo, lo cierto es que el drum & bass generó su propio circuito con el correr de los años, a pesar de ser la “oveja negra” de la música electrónica. Como principal trinchera, todos los martes en Barhein, la ex bóveda de un banco ubicado en el Microcentro porteño se realizan los ciclos +160, organizados por el DJ residente Bad Boy Orange y que llevan 8 años de ritmos rotos y varias visitas internacionales en su grilla. Ahí, aunque no haya sido su lugar de nacimiento musical, se fue fogueando Maga Lee junto a un grupo de DJs conformado por Orange, Buey, Lauder, Felipe, GiorgioLive, Pablo Terreil y el platense Luis Zerillo, que se sumó hace poco al staff.

“Empecé en un cumpleaños de un amigo por el 2002, 2003, y pasaba sólo techno. En ese momento no sabía mezclar, pero igual me mandé varias veces. De toque, me pasé al drum & bass porque me di cuenta de que me daba otras cosas el estilo: varía todo el tiempo y me saca de mí. Yo siempre pongo el drum & bass más agresivo que encuentro”, relata la DJ. Maga, que lleva ese apellido artístico por sus rasgos achinados y que fue bautizada asì por sus amigos en alusiòn a Bruce Lee, el maestro de las artes marciales hollywoodense, decidió hace menos de dos años dedicar de lleno su vida a la música electrónica o a ese “trabajo indigno”, según el gran Pappo Napolitano. Ella sabe que los ritmos rotos de Goldie o Photek (los principales exponentes del drum & bass a nivel mundial) son un estilo difícil de promover y, sin embargo, la escena local va sumando cada vez más adeptos en público, ciclos independientes y músicos productores.

“El ciclo +160 es súper importante por el esfuerzo de Bad Boy Orange que, si bien no fue el primero en pasar drum en el país, es el único que sigue dándole rosca y que, además, armó todo un circuito de la movida. Después están las Killerdrumz y el Bass Or Die, ciclo que organizamos con DJ Neda algunos fines de semana para la gente a la que le gusta el estilo pero que no puede salir los martes”, relata Maga Lee.

Como trabajadora ferviente del drum & bass, pero sobre todo de la música electrónica en bandejas, ella sabe que para vivir de la música tiene que ampliar sus horizontes, o al menos es lo que se está planteando. “Estoy armando otras facetas musicales, pero siempre bien arriba: techno y house. No voy a cambiar de nombre, siempre voy a pasar drum & bass, pero ahora Maga va a ser DJ full time”, agrega la única mujer que se le anima a las bandejas y confiesa, casi hablando en tercera persona y a forma de remate, que prefiere ir a ver una banda en vivo que a un DJ. Mientras, abandona sus intentos de comer una porción de pizza fría en su amanecer tardío.


http://www.myspace.com/djmagalee

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