jueves, 4 de marzo de 2010

Discos: “Chico no correspondido (lados A, B y C)” (Chico Ninguno, 2009).-

Santiago Alcaráz, Tato y Chico Ninguno son las tres caras de un mismo músico y, tal vez, cada una coincida con el humor de un lado del triángulo que es su ópera prima: A) festivo, B) instropectivo y C) experimental.

Por Guillermina Watkins
Buenos Aires, marzo 1 (Agencia NAN-2010).- Con un camino marcado por bandas como Los Increíbles Ciudadanos Vivientes, Adicta, San Martín Vampire, Víctimas del Baile y Falso Primer Ministro, Chico Ninguno intenta recuperar las líneas de aquel pop noventoso pero con sonido propio. Frivolidad, excentricismo, brillo, trasvestimo y sobre todo una incitación constante a la fiesta son las claves de esta nueva sensación platense que llegó para quedarse. Una sensación que puso a bailar, nuevamente, al circuito under con un proyecto de lo más ambicioso: disco por partida triple.

Si bien el recorrido de Tato comenzó hace tiempo y a lo lejos, es ahora, y bajo su nombre Chico Ninguno, que se lo puede ver a pleno en su producción discográfica: Chico no correspondido, compuesta por tres discos que abarcan diferentes momentos del cantante: el primero, la fiesta techno y al palo y la danza. Nueve temas que incitan a bailar desde dónde se lo escuche.
“Futuro Perfecto” abre el lado A con un legado de la época más podrida de Virus y anticipa que no habrá tregua durante toda la escucha. En esa misma línea están “La era posmoderna”, que es el himno que sacude a la tribuna platense con su lema “anárquico y mutante”; “Lo nuevo está muerto”, tema cedido por el cantautor neuquino Antolín; y “Chico del demonio”, “Susana Giménez” y “I feel so loco”.

También está la contracara dentro del baile, las canciones que le hacen guiño al costado más indie de Tato, como “Adentro/afuera” y “Kilos”, un tema con riffs rockeros y bases post punk que cierran la primera entrega. Así, Chico Ninguno se erige como comandante de una nave techno que llega con yapa incluida: dos covers que le quedan a la altura, “Bailando”, de Paradisio, y “Adónde”, de Cetu Javu.
El segundo disco es la tranquilidad después de la paliza, donde el cantante se reencuentra con su pasado de canción, similar a sus épocas como líder de Atmosferia, y convida un cancionero más folk. La imagen chic, las baladas playeras y los temas introspectivos son recurrentes. Versiones tranquilas, guitarra criolla mediante y con un estilo que rememora a Leo García, de “La era posmoderna” y de “Futuro perfecto”. Además, temas nuevos como “Egoísta”, que no se cansa de ser romántica; “Perfil acuático”, una canción ultra pop y “Todo en un segundo”, que cierra el disco con un clima subibaja.
Por último, 17 versiones de sus temas conforman el lado C. Más electrónicas, más minimalistas, más experimentales y más technos. Ese es el resultado de las canciones que se encargaron de remixar los invitados de Chico Ninguno: Gastón Céspedes (de Chile), Roberto “Cabe” Mallo, Brahman Cero, Monoestéreo (de México), Mario Rustom, Cecilia Amenábar, Fok Electrochongo, Marica Mala Programada para el Mal y Tana Camille.

Dándole vida a los '90 y retomando una larga tradición electrónica en el país, Chico Ninguno ofrece un disco cargado de claroscuros sonoros, letras urbanas y bit beats que invita a bailar, frenar y reflexionar a todo el mundo.

MySpace: www.myspace.com/chiconinguno

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