martes, 15 de septiembre de 2009

Dios los cría y la FLIA los junta


El sábado pasado la Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA) se mudó a La Plata y reunió en una cuadra fanzines, libros, ropa y comida de todos los colores. Además, hubo FLIITA para los pequeños, con espectáculos de clown y malabarismo, y recitales de Sr. Tomate, Vatangueando, Primer Hombre Internacional y Tropel bajo las estrellas.

Por Guillermina Watkins para Agencia NAN
Fotografías de Sergio Otero

La Plata, septiembre 14 (Agencia NAN-2009).- El sol se apoya plenamente sobre el Boulevard 60 que, a las dos de la tarde de un sábado, tiene más vida que cualquier día hábil. En uno de los barrios céntricos de La Plata, la quietud del fin de semana se ve agitada por las decenas de personas que ya están en sus stands para darle rienda suelta a la primera Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA) de la ciudad. El día arranca temprano porque si algo le gusta a los platenses, es pasear y encontrarse en una fecha multidisciplinaria como ésta. Más, si de aire libre se trata.

La FLIA se desarrolla en el Centro Cultural Olga Vázquez --una escuela abandonada, que en 2004 fue tomada por parte del Frente Popular Darío Santillán y hoy tiene un amplio desarrollo en el campo cultural y de la economía solidaria-- en un clima de total calidez. Familias, estudiantes universitarios y trabajadores se acercan al boulevard en busca de nuevas propuestas literarias y se encuentran con ¡todo!: libros artesanales con tapas pintadas de la editorial Eloísa Cartonera, papeles y más papeles con poemas y frases sueltas, libros objetos, poemas para llevar, poesía urbana, poesía para tirar, romper, regalar, fotopoesías, fanzines, revistas, ropa y más, mucho más, conviven en el evento cultural que nació en 2006 con el objetivo de dar a conocer el campo fértil de la producción literaria y artística independiente y alternativa.

La “hija pródiga” de La Plata sigue los pasos de sus antecesoras porteñas: “No encerrarse sólo en la producción literaria, sino hacer convivir diversas expresiones artísticas que utilizan la palabra escrita y otros lenguajes, y poder mostrar todas esas producciones que en La Plata están sueltas, desperdigadas, y siempre es necesario reunir para mostrar a la gente qué está pasando”, asegura a Agencia NAN Pablo Castro, miembro del Galpón Cultural de Tolosa, una de las organizaciones que coordinan la FLIA, junto al Olga Vázquez, Arte al Ataque, el Centro Cultural Vieja Estación, el Galpón Cultural La Grieta y los editores y escritores independientes de la región.

“De pronto, los platenses comenzamos a encontrarnos en la FLIA de Buenos Aires y nos dijimos: ¿por qué no hacerla acá y convocar a los artistas de toda la región? Así como pasa en Capital, nuestra idea es ir asentándonos en paradas que estén en peligro de desalojo o casas tomadas o en lucha: la última edición porteña fue en el IMPA; hubo otra en la Villa 20, de Lugano, que está siendo asediada por Gendarmería. Acá hay varios de esos casos, así que ya estamos pensando en la segunda edición, que será cerca de fin de año”, agrega Castro.

Uno al lado del otro, los puestos de editoriales independientes como Vomitarte, Pixel, Colección Chapita, Poesía Urbana, Revista Qué, Colectivo de Arte de Alejandro Korn, Putópico, Grupo La Grieta, La Sudestada, Morosophos, entre otras, toman la calle y la convierten en una fiesta colorida. En una de las esquinas, un perchero con vestimenta de diseño y un espejo improvisado son atacados por varias mujeres que hacen de esa intersección un probador de ropa. Muy cerca, un payaso invita a la gente a vestir sus atuendos y a degustar las comidas que los feriantes han cocinado. Agitado debajo de su peluca azul, cuenta que “no queríamos que el formato libro limitara la convocatoria, por eso hoy tenemos esta parte de la ciudad casi repleta”.

Sobre la vereda del Olga, un grupo de artistas plásticos realiza serigrafías sobre papel y remeras con la inscripción de la FLIA, para que los participantes puedan llevarse un souvenir. Frente a éste, una mini tarima recibe a diferentes poetas y narradores, que leen sus textos ante el público caminante. Un grupo de niños también se apropia del micrófono y comienza a cantar cumbias. Después de ellos, un colectivo de teatro independiente realiza una performance que logra que mucha gente deje de hacer lo que estaba haciendo y se nuclee a observarlos. En el piso, una pareja de artesanos los mira mientras toma cerveza.

Adentro, en una de las habitaciones del centro cultural, comienzan a sonar algunas guitarras, mientras pequeños grupos de personas van y vienen, histeriqueando entre tanta propuesta artística. El espacio se inaugura con las canciones tiernas de Ale, de Sr. Tomate, y es secundado por Poli, su compañera de banda. A los dos integrantes de una de las agrupaciones más escuchadas de la ciudad lo siguen Lautaro Barceló, Pablo Nardo, Sebastián Coronel, Ezequiel Chaerer, Pablo Matías Vidal, Seba Lindo y El Torito Baldasarri & Compinches: en La Plata no todo es rock.

Muy cerca de ellos, en el patio a cielo abierto del Olga, la FLIITA comienza a funcionar. El espacio pensado para los más chicos cuenta con espectáculos de teatro, clowns y muchos chistes para entretener a los pequeños, quienes comienzan a probar qué se siente ser malabarista por un día. Subiendo las escaleras al segundo y tercer piso, las muestras de varios artistas plásticos y fotógrafos de la ciudad inundan los pasillos de color, mientras que en otro cuarto muy cercano se proyectan cortos y diapositivas de realizadores platenses como Pixel Multimedia, Silbando Bembas y Auto Crítica.

A las diez de la noche, los puesteros comienzan a levantar pero la FLIA no termina. Entre panes rellenos y los clásicos choris, la gente se reúne a la vera del escenario dispuesto en el patio del Olga para esperar que, después de la medianoche, Sr. Tomate, Vatangueando, Primer Hombre Internacional y Tropel coronen la noche con sus melodías. El público, como una familia frente al televisor.

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