sábado, 15 de agosto de 2009

Sudamerica Renace: la latinoamericanidad al palo


Pintura, intervenciones, collages, fotografías, arte corporal, proyecciones en 3D y música conviven en la muestra que busca resaltar las raíces culturales y artísticas de América Latina y que permanecerá abierta hasta el 25 en el Palacio Victorial. “Sudamérica es una tierra fuerte en cultura, más allá de las corrientes migratorias. Está bien que nos nutramos de todos esos aportes, pero nunca hay que olvidar de dónde venimos”, recomendó una de las curadoras.

Por Guillermina Watkins
Fotografía de prensa de Sudamérica Renace


Buenos Aires, agosto 7 (Agencia NAN 2009).- Los veinte grados que, en pleno invierno, azotaron a los porteños y extranjeros en las callecitas de San Telmo durante el miércoles a la tarde no se sintieron adentro de la Galería de Arte del Palacio Victorial. El calor pasaba por otro lado: por la ansiedad de las más de cien personas que se agolpaban en la sala de espera, mientras dos mujeres repartían vino, en la previa de la muestra Sudamérica Renace que, después de un largo mes de parate por la paranoiA, pudo abrir sus puertas. Pintura, intervenciones, collages, fotografías, arte corporal, proyecciones en 3D y música, todo en un mismo combo con la idea de, como indica su nombre, resaltar las raíces latinas, los íconos nacionales que después de siglos de sangre derramada, sudores y lágrimas, florecerían a través del arte.

“Florecerían”, así en condicional, porque el camino estaba marcado. Una carta astral para el 5 de agosto se los indicó: Sudamérica se erguiría, ese mismo día, tal como es, ampliamente diversa, negra, mulata, con un territorio enorme y con identidad propia a través de la unión y la fraternidad de los artistas. Para hacerle honor a ese destino se reunieron Nora Lezano, Matías Nazareno, Nazareno Tubaro, Santiago Contreras, Gustavo Di Mario, Martín del Pozo, Ángela Urondo, Nicolás Monti, Iconoclasistas, Daniela Karol, La Negra y Camilo Carabajal; artistas plásticos, fotógrafos y performers.

Mientras los artistas iban y venían concentrados en los últimos ajustes, el olor a Palo Santo subía al primer piso del lugar. Humo dulce se mezclaba entre la gente cuando a las ocho de la noche, una hora más tarde de la anunciada, las puertas de la galería subterránea del Victorial fueron abiertas al público. Las cumbias y los tangos, mezcla de latinoamericanidad con argentinidad, fueron desapareciendo para darle paso a un tambor que anunciaba el comienzo del espectáculo. En el piso, el cuerpo de una mujer cubierto por telas blancas y rodeado por velas y tierra permanecía quieto. La música tomaba más ritmo y ella comenzó a ser elevada por una soga y cuatro ganchos que le atravesaban la piel debajo de sus pechos. La Pachamama se retorcía, se movía y renacía en el aire, salvaje, sexual, hembra, ante los ojos de los espectadores que, atónitos, observaban la metáfora del resurgir latinoamericano en el arte corporal de La Negra.

Después de unos minutos, se encendieron las luces y las pinturas quedaron al descubierto. Susana Giménez, La Coca Sarli --madre y patrona del sexo salvaje, representada como si fuese una especie de Virgen María--, figuras femeninas dando a luz, fotografías de la naturaleza andina e íconos latinoamericanistas como Eva Perón, Juana Azurduy, José Gervasio Artigas y Juan Manuel de Rosas, rodearon al público que comenzó a deslizarse por los pasillos para observar la tan esperada muestra.

La obra de Nicolás Monti, uno de los curadores junto a La Negra, se basó en pinturas realizadas con técnica mixta (collages compuestos por clavos, yerba, lentejas y preservativos, entre otras cosas), de la diva de los televisores, Susana Giménez. “Ella es un gran ícono de la Argentina en lo que respecta a masividad. A pesar de su vida personal, siempre transmite mensajes de fertilidad, de femeneidad y de fortaleza. Eso fue lo que quise resaltar”, comentó el artista plástico con entusiasmo. Y agregó que el ánimo general de la muestra estuvo impulsado por el intento de volver a una raíz que no está perdida: “Aunque la masividad no nos lleva al origen de las cosas, a lo autóctono, porque siempre tendemos a irnos hacia otros lados, vimos esta muestra como el momento de empezar a mirar hacia adentro, desde nuestro lugar, y comenzar a disfrutar de los que somos, del arte que producimos”.

Por su parte, La Negra --que antes fue el símbolo de la Pachamama--, agregó que el espíritu de la obra es remarcar la latinoamericanidad ante cualquier índice de europeísmo colonizante. “Sudamérica es una tierra fuerte en cultura, más allá de las corrientes migratorias. Está bien que nos nutramos de todos esos aportes, pero nunca hay que olvidar de dónde venimos”, destacó.

El orgullo de ser latinos que se despierta en cada rincón del continente, luego de años de crisis constantes, de golpes de Estado que reviven en la actualidad en Honduras, va más allá de cualquier economía global o crisis ajena. Se trata de llevar la latinoamericanidad día a día, de albergarse en esa carga cultural que históricamente han intentado borrar de la conciencia de los pueblos, pero que renace con muestras como estas donde la única verdad sólo podrá encontrarse en el origen de las cosas.

Donde la inminente necesidad existe, más allá de cualquier esteticismo, en el hacer. Ir y ver qué pasa. Con el objetivo de recolectar obras de artistas de todo el país, en primera instancia, y del continente, en algún momento, los artistas de Sudamérica Renaceinsisten con el “ahora veremos cómo seguiremos renaciendo”. También invitan, nuevamente, a recorrer la obra que permanecerá en El Victorial hasta el 25 de este mes, cuando culminará con un remate público para que Sudamérica permanezca en el corazón de todos los argentinos. Pasen y vean.




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