domingo, 28 de agosto de 2011

"Todos conocemos algo de esta familia"


Lito Cruz adelantó parte de lo que se verá el próximo sábado y domingo en el Teatro Español. El actor llega con “Todos eran mis hijos”, una obra de Arthur Miller que pone al descubierto la hipocresía de un época.

Una casa de madera. Un jardín verde brillante con el pasto recién recortado. Las sillas de mimbre claro que dan a una vista llena de flores. Y adentro, una familia que a pesar de parecer “normal”, discute. Se notan las tensiones y los secretos, la relación compleja entre los padres y los hijos, y un dolor que sobrevuela toda la escena.
“A la gente le gusta la obra porque tiene mucho que ver con lo que pasó en nuestro país en épocas de la dictadura militar”, explicó Lito Cruz, a días de arribar a esta ciudad con la obra “Todos eran mis hijos” de Arthur Miller.
La apuesta, dirigida por Claudio Tolcachir, debió suspender sus funciones en julio debido a la erupción del complejo Cordón Caulle. Por eso ahora, finalmente, se presentarán el próximo viernes en el Círculo Italiano de Villa Regina y tendrá dos funciones en esta capital.
De este modo, las entradas adquiridas para la función del 1 de julio servirán para el próximo  domingo, mientras las del 2 se usarán para el sábado. Ambas funciones serán a las 21 en el Cine Teatro Español (Av. Argentina 235).

El silencio, el miedo y la obsesión
Quienes ya pudieron verla cuentan que la obra está cargada de dramatismo y que, indefectiblemente, días después y casi como un efecto secundario, sobreviene  la reflexión.
Es que Arthur Miller -como otros escritores de su época- describieron aquellos años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial en la que, con las bombas y las muertes, se derrumbaba también una forma de pensar la sociedad, mientras que otra no terminaba de nacer. Todo enmarcado en el gobierno de Mac Carthy, que había lanzado una persecución ferviente contra los comunistas.
Según Lito Cruz, “la tragedia sobrevuela la escena y uno está deseando que eso no suceda. La gente es atravesada por un texto que, si bien tiene muchísimos años, sigue vigente por su estructura y por lo que habla. Todos conocemos algo de esta familia”, destacó el actor que se pone en la piel de Joe Keller, un personaje ambiguo como los que -pareciera- le gusta interpretar.
Es que Oscar Alberto Cruz, más conocido como “Lito”, se encuentra en un nuevo “auge” de su carrera, un nuevo círculo de éxito que lo encuentra al frente de la novela que cada noche los argentinos deciden ver: “El Elegido”.
También es piedra fundamental de la obra de Miller que comparte con Ana María Picchio, Federico D´elia, Esteban Meloni y Vanesa González; además de una multiplicidad de propuestas.
Y aunque no para un segundo, entre avión y avión que lo conducen de gira por todo el país, Lito confirmó que la obra de Tolcachir tiene muy buenas repercusiones y que, a pesar de que no todos conocen la obra de Miller, la historia es muy cercana a la realidad de nuestro país en la época de los militares donde se escondía lo que sucedía fuera de los centros urbanos y había cosas de las que era mejor “no hablar”.
De este modo, se presenta una familia aparentemente feliz que sufre a escondidas el drama de un hijo desaparecido en la guerra, la negación de su madre a aceptar que éste puede haber muerto, las contradicciones de un padre que, además de ser propietario de una empresa de armamentos, provocó la muerte de 21 pilotos y se convierte en víctima y victimario, y un hermano que se enamora de quien fuera la novia del desaparecido, para casarse con ella como una manera de “enterrarlo”.
Lo que se destilará en el transcurso de la obra, además de una guerra que los precede, de los amores más que incestuosos y del policial negro (bien al estilo de los autores norteamericanos) que se esconde a lo largo de toda la trama, es la sensación final de cómo se va cayendo un mundo de velos y mentiras, sistema que antes los colocaba como victoriosos.

En los zapatos de los malos
“Por momentos me cuesta recordar el hombre que yo quise ser”, se pregunta en una escena Joe Keller, el personaje que interpreta Cruz en la obra. Y, al igual que el norteamericano, esa duda existencial es la que toma por asalto cada noche –a esta altura de la ficción- a Nevares Sosa, el abogado ambiguo que interpreta en la novela más exitosa de 2011.
“Me tocó darle vida a dos personajes que son malos, reos, para quienes el fin justifica los medios al mejor estilo de Adolf Hitler. Ellos creen que tienen todo en sus manos, todo bajo control, pero poco a poco se van dando cuenta que las cosas no son como ellos piensan. Yo intenté humanizarlos un poco con sus contradicciones y sus formas de pensar. No por algo uno encontraba a un Jorge Rafael Videla con una imagen de “buen padre” y resulta que era un genocida, o a un Strauss-Kahn con altos cargos en el BM y terminó siendo un violador”, destacó Cruz, quien es uno de los sostenes fundamentales de esta obra de Arthur Miller con un fuerte anclaje en el teatro realista.
Realismo que, según comentan los fanáticos de la televisión, también se viene dando en la pantalla chica. Ahora, no son sólo los unitarios los encargados de tocar temas “fuertes” (recuerden Okupas, Tumberos, Sol Negro, Disputas), sino también las novelas en horarios centrales como el caso de “Vidas Robadas” o “El Elegido”.
“Me parece extraordinario que se traten temas que antes no se tocaban. Esperemos que la tendencia continúe en los unitarios, en las novelas, en las películas y los ciclos que salen una vez al mes. Porque son todos temas que nos importan a los argentinos, como fue “Vidas Robadas”, donde se trataba el tráfico de mujeres o, en el caso de "El Elegido", donde se toca el tema de la tierra de los aborígenes y su lucha que es fundamental en nuestro país. Así, el arte sólo puede mostrar una realidad que muchas veces se expresa en los escritorios y así, los reclamos quedan en las minorías”, agregó Cruz.

Salvarse de los vicios
Lito Cruz tiene 70 años y una vasta experiencia actoral. Estuvo alejado de la televisión un tiempo pero 2011 lo encontró rodeado de jóvenes directores y guionistas que lo convocaron para ser la carta de presentación y estrella fundamental de las obras.
Trabaja con Tolcachir, joven director de 34 años que, a pesar de tener experiencia, nunca se había enfrentado a una persona con más de 50 años de trayectoria como él. Según afirma Lito, el cruce generacional resulta “maravillosamente enriquecedor”.
“Claudio, limpiame” fue la frase que le dijo Cruz a Tolcachir en el momento de aceptar el papel de Joe Keller. Ese “limpiame” hacía referencia a que lo ayudara a sacarse esos “vicios” que tiene como actor, que son esas fórmulas comunes de resolver las encrucijadas actorales.
Por su parte, el joven director agregó que “siempre es enriquecedor trabajar con gente que vivió tantas experiencias en el teatro y en la vida” y que su trabajo es el de “aportarle cosas nuevas a esta gente que tiene un deseo muy fuerte de trabajar”.
Y claro que Lito las tiene. Al principio se rehusó en participar de la novela que su alumno y ahora director artístico/compañero de novela, Pablo Echarri, le ofreció. Lito sabía que sería un éxito pero aún así le costó asumir.
“Acepté porque, en definitiva, el proyecto de entrada era muy bueno. Pero también por la calidad humana de sus creadores, entre ellos Pablito (por Echarri) y por los actores con los que comparto las grabaciones”, destacó Cruz.
¿Cuál es la fórmula del éxito de “El Elegido”? “Yo creo que el programa tiene dos hombres fundamentales que son Martín Seefeld (Producción General) y Pablo Echarri (Director Artístico). Ellos comandan el proyecto, lo hacen funcionar todo el tiempo porque, al hacerse cargo los actores de las producciones televisivas, la novela funciona como un todo”, destacó.
De este modo, Seefeld y Echarri funcionan como “intermediarios” entre la novela y el canal y controlan que cada una de las tomas funcione de la manera que ellos se la habían imaginado. Lito cuenta que durante las grabaciones es común verlo a Echarri, vestido de Andrés, pidiendo que se vuelvan a grabar escenas, o tomas, o cambiando la orientación de las luces de la sala de grabación, entre otras cosas.
“La novela no somos ni yo ni Pablo Echarri, somos todos. La obra de teatro no es sólo la genialidad de Arthur Miller ni Tolcachir, somos todos. Lo fantástico de la obra “La Otra”, no es nadie más que todos nosotros llevándola hacia delante y el espectáculo en las cárceles, bueno, qué más que los presidiarios dándonos una devolución fantástica en cada show que nos permite seguir creciendo en la puesta en escena”, concluyó Lito Cruz, un actor convencido en que mientras tenga vida, habrá actuación. (G.W.)

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