domingo, 17 de julio de 2011

"Tres tristes temas" (Atras hay truenos, 2010)


Fiel al estilo del quinteto neuquino, el EP propone un sonido diferente de noise en estado puro. Su bomba de canciones se enreda de una forma difícil y veloz y se convierten en melodías y tensa calma en un simple segundo.

Por Guillermina Watkins


Neuquén, julio 11 (Agencia NAN-2011).-
Digamos la posta: la ciudad más divertida del país es Buenos Aires (o Córdoba para los que prefieren la cháchara, el fernet y el requeteque). Allí, todos los días hay algo para hacer, algún lugar donde ir, algo que inventar. El resto del país (sí, maldito centralismo), se las arregla con sus bares y con sus, a veces buenas a veces no, producciones locales y algún que otro evento de renombre. Pero generalmente el tempo es cansino, relajado, lento –al menos un poco más lento- y, a veces, parece no pasar nada. En una de esas tardes neuquinas de aburrimiento, donde seguro soplaban vientos fuertes y el día parecía no pasar más, Robi, Nacho, Maxi, Tito, ahora el Pájaro y Diego (y en algún momento el Bicho Bolita y Charles y muchos que pasaron por la formación), conformaron Atrashaytruenos, una banda que en realidad es, antes que nada, un grupo de amigos con afinidades musicales muy particulares.

A principios del siglo XXI, los cinco chicos se encargaron de renovar el rock y la estética neuquina, acercando la ciudad a sonidos indies que tienen su cónclave musical en Buenos Aires, La Plata y Rosario, con influencias que van desde lo más clásico de Floyd y Beatles hasta Stereolab, Sonic Youth y Yo la tengo.


Así, Atrashaytruenos logra matar a la canción y propone un sonido diferente de noise en estado puro. Su bomba de canciones se enreda de una forma difícil y veloz y se convierte en un puñado de melodías de tensa calma en solo un segundo.


Mientras graban su primer LP en los estudios Moloko Velocet de Buenos Aires, la banda sigue viajando por ese sin fin de sensaciones que salen desde las pulsaciones noise e invitan a degustarlos con su EP,
Tres tristes temas, que incluye los instrumentales “Citrueno”, “Mi amigo Bela” y “Y yo que me había perfumado”. También se los puede encontrar en el myspace donde, entre otros, están sus clásicos “Árida Astucia” y “Budín”.

Esta banda megaguitarrera, podrida e instrumental logra atrapar al oyente (y al que tiene la suerte de verlos en vivo) con un ruido atrapante que no pareciera salir de sus tímidos cuerpos ejecutantes sino de la vivacidad de los instrumentos que llevan la cadencia, arman la estructura, poseen a los muchachos e hipnotizan al público. Los “truenos” son una especie de Go-Nekos, uno de los tantos indie porteños, pero más podridos y sin cortes aparentes.


Atrashaytruenos es también, una tormenta de sonidos ajenos a nuestros oídos, donde lo que prima es la experimentación y el ruido. Escucharlos lanza un pronóstico asegurado de tormentas, vientos huracanados del oeste con presencia de cenizas volcánicas y turbulencias sonoras con destino a una isla desierta sobre el Río Limay. No digan que no les avisamos.

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